Al vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, le ha dado tiempo a presumir de casoplón en su réplica al portavoz de ERC en el Congreso, Gabrel Rufián. Lejos queda aquel dirigente que prometía que si algún día llegaba a ser presidente, le gustaría seguir viviendo en su piso de Vallecas.

«Yo tengo mucha suerte de que tengo jardín en mi casa, pero soy consciente de que hay gente que no puede salir de sus pisos de 30 ó 40 metros cuadrados», ha contestado Iglesias a Rufián, después de que este haya criticado que el Gobierno haya «abierto la mano» con el confinamiento y haya permitido la vuelta al trabajo presencial de las actividades no esenciales.

«Hoy la gente puede ir en un metro atestado a trabajar, pero no puede despedir a sus mayores», ha lamentado Rufián, a quien Iglesias le ha reconocido que, aunque el Gobierno ha construido «un gran escudo social», sigue habiendo «sectores desprotegidos».