Cuenta la historia que fue un tal Conde Don Julián el abyecto Judas, el traidor hideputa que, en tratos con los musulmanes, se vendió para permitirles la invasión a la España visigoda que duraría casi mil años. Es, por tanto, harto difícil superar a semejante pedazo de traidor a los suyos, a España, a su cargo de Gobernador de Ceuta y, en fin, a todos los españoles de la época. 

¿Dificultades para ser un buen traidor? Que venga Pablo Casado.

Y hete aquí que Pablo Casado llegó, vió y traicionó, en homenaje a los usos y costumbres del Partido Popular: así ha ocurrido, otra vez más, y ya son incontables, en las que este abyecto ser vende sus ideales -no hay problema, tiene muchos, y ninguno repetido- por no sabemos muy bien qué motivo, aunque podemos imaginarlo.