Historia
Marx: El ideólogo del crimen

SM.- Los crímenes cometidos por los regímenes comunistas en el mundo entero, que afectó a cien millones de personas en setenta años, tienen tras de sí un inspirador indiscutible: Moses Mordechai Marx Levi, más conocido como Karl Marx. Sin embargo, intereses justificados buscan desvincular a su figura de lo hechos históricos que su doctrina proporcionó, como si estos no pasasen de distorsionadores de sus ideas.
Así, se busca perpetuar una imagen romántica a su respecto, de benefactor e idealizador de la sociedad humana, como si él, en sus tesis, no buscase legitimar la violencia. Marx no apenas la legitima como también la estimula, incentivando el terrorismo y el asesinato, buscando convencer a todos de que los fines justifican los medios.
Incondicional adepto de la teoría darwinista de que el hombre sea un animal, él desprecia los valores morales y espirituales del ser humano, alegando que la criminalidad estimula el progreso y la economía. Inclusive, aquel que era considerado el defensor más grande del trabajador, tenía una verdadera ojeriza por el trabajo, pasando una gran parte de su existencia, huyendo de él. Marido de una baronesa, dilapidó en especulaciones financiera y en el vicio del alcoholismo las herencias que recibió, habiendo tomado prestado de su amigo Engels, durante veinticinco años, una cuantía voluminosa de dinero que nunca fue reembolsada. Llevaba, así, una vida de bohemio intelectual, rehusándose a ir más allá de su escritorio.
Por lo tanto, el hombre que pretendió enseñar al mundo un nuevo modelo económico, no demostró, durante toda su existencia, capacidad para administrar al menos su propia situación financiera. Y a pesar de su célebre apología al proletariado, Marx, en realidad, nunca tuvo cualquier contacto con este, a no ser con su criada Lenchen, que fue su amante durante varios años y con la que tuvo un hijo, Freddy, que no llegó a ser reconocido por su padre.
Los orígenes
En una madrugada tempestuosa del año 1785, cabalgaba a toda brida por una carretera de Baviera. Pasa entonces que la mano del destino se encarga de fulminarlo con un rayo. Al amanecer, después del trágico accidente, los campesinos de la región se deparan con el personaje misterioso muerto junto a su caballo. A su lado, es encontrada una valija de cuero guardando documentos que influyeron y decidieron el destino de millones de personas y fue llevada, junto con el cuerpo del caballero, hasta el puesto policial loca, donde se constata que son los papales, estatutos y documentos directivos de una sociedad desconocida, hasta entonces, denominada Orden Secreta de los Iluminados de Baviera, cuyo mentor era Adam Weishupt. El caballero que yacía inerte a los pies del jefe de policía era su mensajero.
Los documentos son chocantes porque revelan una intrincada red de conexiones clandestinas entre personajes destacados en la escena cultura y política europea, bien como por la estrategia violenta que preconizan para la consecución del principal objetivo de orden: la derroca del poder instituido, corrompido en su meollo más profundo. La violencia del contenido de los documentos de Weishaupt es provocada por el despotismo y la concupiscencia tanto por parte de la iglesia como de por parte de las monarquías de la época. Incluso sus métodos clandestinos son extraídos del cierne violento de las instituciones dominantes. La inquisición ya había hecho uso del anonimato de sus espías para infundir invisiblemente el terror y la famosa Orden de los Jesuitas detenía los secretos de Estado de las Cortes Europeas y de la iglesia, actuando políticamente, a través de ramificaciones ocultas, en los bastidores de los juegos de poder.
Weishaupt, ex-jesuita, retuvo los principios de organización y actuación de su antigua Orden para focalizarlos ahora, contra el propio poder en el cual ella se enraizaba. El régimen instaurado por la acción de los iluminados de Baviera sólo podría asemejarse al adversario que lo combatía. La secta da origen a las sociedades secretas cuyas actividades culminarán en el deprimente espectáculo conocido como Revolución Francesa. El Ancient Régimen cae en medio de la creciente salvajería; la radicalización revolucionaria del terror. A cada acto violento, la violencia se recrudece en vez de atenuarse. La decapitación del Monsieur Guillotin es el símbolo máximo de la autodestrucción de la violencia, pero también de su auto perpetuación.
Las injusticias del nuevo modelo económico y político capitalista, implantado después de la revolución francesa, pronto resucitan la oposición de las clases populares. A partir de la mitad del siglo XIX, los comunistas “científicos”, seguidores de la doctrina revolucionaria de Marx, se atribuyen el derecho de tutelar el proletariado, usándolo como conejillo de Indias de las teorías Marxistas. Se organizan en sociedades paramilitares clandestinas que buscan la toma del poder a través del poder de las armas. Se infiltran secretamente en los sindicatos, en los partidos operarios y en los movimientos populares, seduciendo a sus líderes e instalando en las masas el veneno de la sedición. Las manipulan despertando en ellas el resentimiento y la ira, buscando liberar la fuerza explosiva que pretenden utilizar para sus objetivos.
Los estatutos de estas organizaciones adoptan la terminología del Manifiesto Comunista de Marx y Engels, como también su modelo de análisis histórica. Pero las tácticas de acción que proponen denuncian otro origen que es el contenido de la valija de cuero de Weishaupt. Poco antes de la redacción del Manifiesto, Marx había ingresado en la Liga de los Justos, que posteriormente vino a llamarse Liga de los Comunistas. Ahora, la Liga de los Justos no es, sino, uno de los muchos brazos de la Orden Secreta de los Iluminados de Baviera.
Marx se convierte entonces, en el heredero de la ideología que apunta a la violencia como la forma de poner fin a la violencia, y el crimen como posibilidad de redención de la humanidad. Este elemento pernicioso de su doctrina ha sido insuficientemente discutido, incluso por los críticos del pensado. Los asombrosos crímenes cometidos por el régimen comunista soviético invitan a una postura diferente. Se ha hecho tiempo de establecer claramente la relación directa entre los hechos históricos y la doctrina marxista y de considerarla bajo el punto de vista de su peligrosidad.
La apología del crimen
Hay un número que ha pesado en las consciencias de todo el mundo civilizado. Este numero es el de cien millones, y se refiere a la cantidad de seres humanos aniquilados por los regímenes comunistas en todo el mundo desde la revolución rusa. Es triste cuando recordamos que todas estas personas fueron inmoladas en nombre de las falsas promesas de una “sociedad justa y moderna”, cuyo cumplimiento era interminablemente postergado por nuevas promesas: lo que Marx no hizo, Lenin lo hará; y después vinieron Brejniev y Andropov y… ¿quién se recuerda?
Esta chocante disparidad entre los medios y los fines es apenas el resultado más tragicamente visible de la conocida máxima leninista que define la buena acción moral como todo aquello que lleva al partido comunista al poder. En este “todo” están incluidas, evidentemente también, la violencia y la y la acción criminosa.
Es común oír decir que Marx no tiene nada que ver con los crímenes soviéticos y con los de los otros regímenes comunistas, los cuales resultarían tan sólo en una mala aplicación de sus teorías. Esta es la opinión de los que tienen un conocimiento bastante limitado y superficial de los textos de Marx o lo conocen apenas de oír hablar (noventa por ciento de los marxistas). Lenin no era uno de esos, conocía bastante bien a Marx y, como se sabe, no era capaz de dar un paso sin pedirle su bendición y es en el volumen inacabado de EL CAPITAL, en el capítulo denominado Teoría de la Gran Valía, que él probablemente encontró la página más apta para darle sustentación teórica para su extraña idea de moralidad. Dice así:
“El criminal produce crímenes. Si miramos más de cerca las relaciones que existen entre este ramos de producción y la sociedad en su conjunto, ultrapasaremos muchos prejuicios. El criminal no crea crímenes; lo que él crea es el derecho penal. (…) más: El criminal crea todo el aparato policial y jurídico – policías, jueces, verdugos, jurados, etc. – y estas diferentes profesiones que constituyen igual número de categorías en la división social del trabajo, desarrollan diferentes facultades de espíritu humano y crean al mismo tiempo nuevas necesidades y nuevos medios de satisfacerlas.
El criminal crea una sensación que tiene de moral y de trágico y, al hacerlo, ofrece un “servicio” que moviliza los sentimientos Morales y estéticos del público. No crea apenas tratados de derecho penal; crea igualmente, arte, literatura, o sea, tragedias, siendo testigos de esto no solo La Faute, de Müllner, y Les Brigands, de Schiller. Pero también Édipo y Ricardo II. El criminal quiebra la monotonía y la seguridad cotidiana de la vida burguesa, poniéndola así, al abrigo de la estagnación y suscitando la interminable tensión y agitación sin la cual el estímulo de la propia concurrencia se debilitaría. Estimula así, las fuerzas productivas. (…)
Descubriendo incesantemente nuevas formas de dirigirse contra la propiedad, el crimen hace nacer constantemente nuevos medios para defenderla, de tal forma que el criminal da a la mecanización un impulso tan productivo como aquel que resulta de las huelgas. Lejos del dominio del crimen privado, ¿El mercado había nacido se no hubiese crímenes nacionales? Y después de Adán, ¿El árbol del pecado no correspondería simultáneamente al árbol del saber?
Más de lo que la supuesta utilidad del crimen, estas líneas demuestran el poder que una argumentación hábilmente construida posee para vestir a las ideas más torpes con una apariencia de normalidad y lógica. Demuestran también el notable talento que Marx tenía para esto, lo que puede explicar parcialmente, la radicalización fanática de los grupos clandestinos marxistas. Los que se inclinan a dudar que Marx haya defendido en serio esta tesis cínica, necesitan apenas para desilusionarse, compararla con el texto del Manifiesto del Partido Comunista, en el cual Marx en tres ocasiones afirma que la toma del poder por el proletariado tendrá que ser violenta, o aún, con el tenor del trecho de un discurso por él dirigido a los cartistas ingleses en 1856, en el cual menciona la existencia de un tribunal secreto en Alemania medieval cuyo objetivo era…
“… vengar las iniqüidades de las clases dominantes. Cuando se veía una cruz roja apuntando una casa, todos sabían que su dueño había sido condenado por el tribunal. Todas las casas de Europa están marcadas ahora por la misteriosa cruz roja. La historia es el juez. Su verdugo es el proletariado”.
Una retórica semejante fue usada también en un discurso proferido por Marx en la Liga de los Comunistas en Abril de 1850:
“…Lejos de oponernos a los llamados excesos, la venganza del pueblo fue dirigida a individuos odiados y a ataques populares a edificios asociados a recuerdos odiosos, debemos no solo tolerar tales cosas como también asumir la iniciativa de ellas”.
Comentando este trecho, el historiador Edmund Wilson afirma que “es una deformación, minimizar el elemento sádico de los escritores de Marx”. En realidad, se muestra una semejante fijación por el elemento de violencia en su propia producción teórica. Se sabe por ejemplo, del papel desempeñado por la violencia en la concepción marxista de la historia. “la historia de las sociedades hasta ahora han sido de lucha de clases”, dice el Manifiesto del Partido Comunista. A los ojos del filósofo, el desarrollo de la civilización aparece como una secuencia ininterrumpida de robos, extorsiones, expoliaciones, latrocinios y dominaciones.
Es cierto que la violencia y la dominación formaron parte de la historia humana, pero transformarlas en el único fundamento de la interpretación de la Historia, revela una tendencia patológica del pensamiento de Marx, la tendencia a la depreciación del valor moral y espiritual del ser humano. El arte, la ciencia, la filosofía, la religión, la moral y todas las formas culturales en las cuales el hombre proyecta sus ideas son, para Marx, apenas el reflejo distorsionado e ilusorio de la única realidad que él reconoce: el modo de producción económico y la lucha de clases asociada a este. El primero es la forma por la cual el hombre domina la naturaleza, sometiéndola a su voluntad, violentamente; la segunda es la forma por la cual el hombre domina otros hombres. Así, el análisis marxista reduce toda realidad humana hacia aquel fondo violento de la lucha por la sobrevivencia y por la dominación. Se diría que tales ideas resultan del espíritu conflictivo, inquieto y marcadamente iracundo de Marx, que se refleja en su obra, a través de la cual pudo atormentar durante setenta años a la humildad y atrasarla espiritualmente.
Influencia del darwinismo
Estas características del pensamiento de Marx evidentemente lo aproximan de Darwin, y no es de hoy que se descubrió la importancia del biólogo para el protector del comunismo. El mismo Engels reconoce implícitamente esa afinidad de pensamiento cuando afirma en el discurso que profirió por ocasión del entierro de Marx que, “… así como Darwin descubrió la ley de la evolución de la naturaleza orgánica, Marx descubrió la ley del desarrollo de la historia humana…”.
Marx, que criticó tanta gente con ferocidad, elogia Darwin por haber demostrado que la naturaleza también tiene una historia. Y hizo esto porque él mismo había utilizado el modelo darwinista de historia natural para explicar la historia de los hombres. Como se sabe, este modelo se basa en la teoría de la selección natural, según a cual, los especímenes más fuertes genéticamente y más aptos consiguen determinar el futuro de las nuevas generaciones, derrotando los menos aptos en la lucha por la sobrevivencia. Basta tomar este modelo y sustituir los especímenes por clases sociales (o sea, la lucha entre los especímenes por la lucha de clases) y la genética por a economía (sustituir las mutaciones genéticas por las mutaciones económicas y el patrimonio genético de los más fuertes por el patrimonio económico de las clases dominantes) para que se tenga un esquema de la esencia del concepto marxista en relación a la historia.
A los marxistas les agradaba criticar al llamado “darwinismo social”, el que dio origen a las concepciones fascistas de la historia, y también les agradaba decir que el método de Marx se basaba en la dialéctica de Hegel. Que leían en ese entonces, el prefacio a la primera edición de El Capital, donde el propio Marx define su método como un intento de comprender el desarrollo económico de la sociedad, como un proceso de la historia natural, sin que sea dicha ninguna palabra sobre “dialéctica”. Pero, ¿qué era lo que pensaba al hablar de historia natural? Esto queda claro cuando se descubre que su primera intención era dedicar la no a Hegel, sino a Charles Darwin.
Vínculos peligrosos con el Antiguo Testamento
No obstante, para comprender la omnipresencia de la violência y del crimen en las tesis marxistas, talvez sea necesario remontarnos a un darwinismo más antiguo, al proto-darwinismo implícito en el Antiguo Testamento, cuyo estudio y lectura seguramente deben haber llenado un considerable espacio de la infancia de Marx. El filósofo había nacido en una familia apiñada de rabinos tanto por parte de la madre como por parte del padre, de entre los cuales se contaba el abuelo paterno y un tío. Entonces es posible imaginas el bombardeo teológico explícito y subliminal al que estuvo sometido y justamente es una edad en la cual no tenía medios de defenderse. Talvez, inclusive, el ateísmo profesado por Marx pueda explicarse como una reacción a esta opresiva súper exposición, reacción esta que, no obstante, no se habría podido borrar de la profunda impresión que aquellas narrativas ancestrales podrían haber quedado guardadas en el entendimiento infante, con lo terrible al mezclarse con lo grandioso y con su moralidad, por decir lo mínimo, confusa. Es esta la herencia metafísica adquirida en la infancia que, recalcada durante décadas de materialismo, retorna en la producción teórica de Marx y a veces en variaciones perversas.
Algunos de los defectos de esta inesperada influencia son conocidos: El proletariado sería el sustituto materialista y sociológico del pueblo elegido y Marx, una especie de nuevo Moisés (es decir, este era realmente uno de sus pré-nombre) que, sustituyendo el cayado por la bayoneta ensangrentada, guiaría al pueblo a la Tierra Prometida de la Sociedad Sin Clases. Como Moisés, Marx no llegó a pisar en la Tierra Prometida. Es más, ni sus seguidores, al contrario de lo que ocurro en la narrativa bíblica.
En otra interpretación, la imagen idílica que Marx hace del llamado comunismos primitivo de las primeras sociedades humanas, aparece como el paraíso perdido del Edén, cuya reconquista sería liderada por el filósofo vestido ahora, de (falso) Moisés. Sin embargo, en vez del paraíso que los padre y rabinos mencionan para ganar el fervor del público, el miraje de Marx se situaba en la Tierra y no en el Cielo, morir no sería más necesario para disfrutarlo, y esto lo dejó considerablemente más atractivo para mucha gente. Sólo que el hombre es expulsado del paraíso que la Tierra efectivamente, es a medida que el capitalismo se expande sin piedad hasta en los más distantes rincones del planeta, desfigurando y manchando la naturaleza para transformarla inexorablemente en mercadería. Y por más extraño que parezca, este régimen debe su estatus de dueño del mundo y señor absoluto de todo, a Marx sobretodo y al comunismo, como veremos en las siguientes líneas.
Sin embargo, retornando a nuestro tema nos preguntamos: ¿qué dice el Antiguo Testamento al respecto del origen de la sociedad y de la civilización? Simplemente, que ambas resultan de un crimen, nombradamente del fratricidio de Caín. Al matar a Abel, Caín se vuelve, según la alegoría del Génesis, en el único heredero del mundo, el precursor y el patriarca de la humanidad. La civilización y todas sus obras, el hombre y todas sus realizaciones, anhelos y pensamientos, todo eso derivará apenas del crimen de Caín y cargaría su estigma consecuentemente. Es bajo este signo que Marx ve roda la historia humana desarrollarse, motivo por el cual apenas consigue concebirla como una secuencia infame de violencias. Esta postura muestra al hombre como un ser naturalmente pervertido, incestuoso, homicida e impotente delante de sus debilidades. El precursor de la psicoanálisis afirmó durante una conferencia proferida en Viena el 16 de febrero de 1915, que: “Todos nosotros nacemos de un largo linaje de asesinos” (In: Nous et la mort). El estrago que el veneno de las ideas de Marx ocasionaron en el plan político social sólo se comprara al provocado en el campo de la psicología por este su contemporáneo, cuyas ideas solaparon los valores del mundo occidental del siglo XX, emplazando a las personas a encarar al hombre como un ser que no se regenera.
Teoria del mal necesario
En la narrativa de Caín, se contiene la equivocada concepción ética de la justificación de los medios a través de los fines y de que eventualmente, el propio crimen puede ser útil al progreso humano: Caín mató Abel, pero dio inicio a la civilización y talvez, se podría pensar de que no estaríamos aquí si hubiera sido otro el que iniciase esta generación. Marx apunta de manera semejante los robos y violencias endosadas por las clases dominantes a las clases dominadas en cada fase de la historia humana, pero al mismo tiempo, se les considera como etapas históricas necesarias para el camino que conduce al comunismo. Esto es lo que hace ambigua e improcedente la virulencia con que Marx denuncia los crímenes del capitalismo. Él describe los horrores del modo de producción capitalista con los colores más sombríos y de la forma más cruda (a pesar de haber pasado su existencia encerrado en un gabinete sin ningún contacto directo con la rutina de los obreros): el aspecto succionador de la gran industria y de las altas finanzas, la esclavitud del hombre al trabajo mecánico, el uso de mano de obra infantil, la deshumana jornada de trabajo… pero, al mismo tiempo, afirma que el capitalismo crea condiciones de existencia al comunismo, e que es una etapa por la que necesariamente tiene que pasar para llegar en fin a la sociedad sin clases. Más aún: el comunismo sólo podrá surgir cuando las contradicciones del sistema capitalista hayan alcanzado su máximo grado, pues sólo así la revolución “redentora” se habrá vuelto inevitable. Y entonces, ¿deberíamos considerar los crímenes del capitalismo como… útiles? Y ¿en este sentido como bueno? ¿Algo puede ser condenable y necesario al mismo tiempo?
Es posible que esta paradoja ética Le haya sacado el sueño a muchos marxistas. Pero hay una más grande y más grave, porque no se limita al campo de la teoría: ¿Cómo es posible que una doctrina que denuncia la violencia y dice buscar su supresión, echar mano a la propia violencia como medio de alcanzar sus objetivos? ¿la fraternidad puede surgir de la discordia? Y ¿la paz del crimen?
Es evidente que no, y las conocidas aventuras soviéticas del marxismo son la prueba más espectacular de esto. Esperemos que hayas sido las últimas.
El hombre como animal
El lema preferido de Marx, era una antigua sentencia latina: nada de humano me es extraño. En el mismo acto de repetir esta frase, Marx daba prueba cabal de lo contrario. Pues en lo que respecta al conocimiento del ser humano vale aquel otro dicho, menos elegante, pero cierto: quien sabe se calla, quien no sabe habla. Y, de hecho ¿que es lo que él sabía sobre el ser humano? Conocía bien la historia de la filosofía en general, y especialmente Hegel y Epicuro, sobre quien escribió una tesis de doctorado. Leía grirgo y latín; era versado en temas de economía, conocía los economistas clásicos y la historia de la industrialización en Inglaterra. Escribió sobre la revolución Francesa y sobre la guerra Franco Prusiana. Mas sobre el ser humano era un completo ignorante.
Las propias teorías de Marx en relación al hombre, atestiguan esta ignorancia, pues en este punto también se manifiesta su herencia darwinista. Marx debe a Darwin no apenas la selección natural como también la Idea de que el hombre es, en último análisis, un animal; hablante, pero animal.
Para Marx, el atributo de humanidad no es inherente al ser humano, no pertenece a su esencia, pero es adquirido históricamente a medida que él desarrolla los medios de producción económicos, esto es, a medida que él modifica el ambiente en que vive y somete a la naturaleza a su dominio. Así, a su ver, el hombre primitivo que no domina la naturaleza y que aún es dominado por ella, no se distingue claramente de los animales:
“La Conciencia, naturalmente, comienza por ser apenas conciencia acerca del ambiente sensible inmediato… es, al mismo tiempo, conciencia de la naturaleza, la cual, a principio se opone a los hombres como un poder totalmente extraño, todopoderoso e inatacable, como el cual los hombres se relacionan de un modo netamente animal y por el cual se dejan atemorizar como animales y, por lo tanto, una conciencia puramente animal de la naturaleza (religión natural)… este comienzo es tan animal como la propia vida social de esta fase, es una mera conciencia de horda, el hombre apenas se distingue del carnero por el hecho de que su conciencia a veces es su instinto o viceversa”.
Es fácil percibir el estrago que tal concepción de la naturaleza humana provoca en la autocomprensión del hombre, especialmente en lo que respecta a su moralidad. Si el hombre se cree un animal, se puede dar el derecho de actuar como tal, cometiendo toda suerte de desatinos, o sea, de actitudes desequilibradas e inconcientes. Bajo tal óptica, se vuelve imposible admitir que el ser humano sea capaz de poseer o buscar valores que trasciendan esta esfera estrecha. Sin embargo, son estos valores olvidados y no la lucha de clases o la dominación, que pueden salvar a la civilización del atraso moral y espiritual.
Aversión a los campesinos
Esta forma de concebir al hombre y a la naturaleza lleva a Marx, ya en sus primeros escritos, a una posición claramente prejuiciosa en relación al sector agrario de la economía y al campesinado en general, una vez que ambos representarían un estado inferior del desarrollo de las fuerzas productivas y estarían todavía demasiado sumisos con la naturaleza, al contrario de dominarla. Kostas Papaioannou, filósofo griego y crítico de Marx, comenta este extraño trazo del pensamiento marxista, capaz de hacer temblar a las bases teóricas de los movimientos agrarios de cuño socialista de la siguiente forma:
“El único trabajo que Marx conoce y reconoce es el trabajo industrial, mediante el cual, el hombre se rebela real y eficazmente contra la naturaleza. Por ejemplo, el campesino no participa de la dignidad del trabajador concebida por el joven Marx. Él, que elogio a la burguesía por haber reducido el número de campesinos y haber ‘libertado a una gran parte de la población del cretinismo rural’, sólo sentía desprecio por el campesino. ‘jeroglífico inexplicable para cualquier espíritu civilizado’, representantes de ‘la barbarie en el propio seno de la civilización’, los campesinos para él no son verdaderos trabajadores, sino animales sometidos a la naturaleza”.
De esta forma, para Marx, la relación hombre-naturaleza es necesariamente de antagonismo: o se domina o se es dominado. La tercera posibilidad simplemente, él no conseguía concebir: de que el hombre viva en harmonía con la naturaleza, disfrutando de lo que esta ofrece, sin violarla, conociendo y respetando sus límites, sus ciclos y necesidades. Si Marx piensa que el hombre necesita comportarse delante de la naturaleza ya sea como un animal atemorizado por el trueno, ya sea como un general conquistador en el frente de batalla, es porque no consigue verlo como parte de la naturaleza, como una parte de esta que llegó a la conciencia, de la cual él habla tanto sin que tenga la mínima noción de lo que sea. Es incapaz de concebir la posibilidad del sentimiento de comunión con la naturaleza, de la percepción de que algo en nosotros está vinculado a todo lo que vive en la Tierra, y también a los ríos y a las estrellas. Este sublime sentimiento, tan humano y humanizante, encontrado inclusive entre los aborígenes “incivilizados”, entre los artistas, los místicos, campesinos, científicos, filósofos (sí, incluso entre ellos) y hombres comunes, desde que estén dotados de sensibilidad; este sentimiento no pudo ser concebido por Marx a pesar de toda su erudición. Y decía que nada de humano le era extraño.
¿Mudar la sociedad sin mudar al hombre?
En el hombre hay muchas cosas más de las que soñó la vana filosofía marxista. Él es demasiado vasto para caber en el intelecto de Karl Marx, o en cualquier otro. Por haber concebido al hombre de manera tan estrecha, Marx llegó a pensar que sería posible transformarlo a través de los cambios de la estructura económica de la sociedad.
El hombre del capitalismo es malo e injusto, meditaba él, pero el del comunismo será bueno y justo (y hoy en día los marxistas bohemios afirman que el comunismo “no salió bien porque los hombres que quisieron colocar en práctica la doctrina de Marx, no era buenos”…); sólo después de que la sociedad sea transformada el hombre podrá transformarse.
¿Se percibe el contenido absurdo de esta idea? Entonces, deberíamos preguntarnos: ¿por qué el mundo llegó a ser tan injusto y violento con él? Sin duda, porque en el hombre existen tendencias injustas y violentas, o como dice el propio Marx: “… aquellas pasiones que al mismo tiempo son las más violentas, las más viles y las más abominables de lo que el corazón humano es capaz: las furias del interés personal”. 12 Supongamos entonces que la sociedad sea efectivamente “transformada” por la revolución, sin que antes el hombre se haya transformado. ¿qué impedirá que aquellas mismas tendencias se manifiesten nuevamente y de forma aún más intensa, ya que habrían sido excitadas por la ira y por la venganza? ¿Cuánto tiempo será necesario para que la envidia, el despilfarro, la avaricia y otras manifestaciones malignas transformen el paraíso artificial en um nuevo infierno real aún peor que el anterior? ¿qué es lo que Rusia nos enseña sobre esto? Entonces, ¿No será mejor comenzar a cambiar al hombre?
Marx, que raciocinaba con tanto rigor y que insistía siempre en la idea de que la sociedad era producto de la actividad humana, no atendió para esas cuestiones. Cambiemos la sociedad – gritaba. ¿el hombre? ¡Eso se ve después!
Contradicciones entre vida y doctrina
La verdad es que el hombre no se transforma por decreto o por coerción estatal y policial a menos que se quiera apenas un aparente cambio y cambiar apenas aparentemente es armar una bomba de tiempo. Para que el cambio sea verdadero, este tiene que partir del propio individuo en un proceso en el que él necesita enfrentar y vencer a sí mismo. Estamos hablando aquí de una transformación existencial profunda y de alcance espiritual y que, como tal, requiere una orientación adecuada. Esta orientación, entre tanto, no puede ser ofrecida por ninguna doctrina política. Heme aquí la dura realidad.
De esto se concluye que, antes de querer cambiar el mundo, Karl Marx debería intentar cambiar Karl Marx. Frente a esta conclusión ciertamente él respondería como lo hacen todos los revolucionarios: ¡pero el mundo es tan injusto! Y yo soy tan buena persona…
En realidad, todo indica que él creía más fácil cambiar el exterior que el interior. Más fácil combatir el Capital con todo su poderío y sus ejércitos que enfrentar a sí mismo. Esto explica la notable incongruencia entre sus discursos y su vida.
El paladín de la causa proletaria llevaba una vida que ningún proletario podría haber soñado vivir. Permanecía prácticamente encerrado en su gabinete o en las bibliotecas de Londres y Berlín, leyendo, escribiendo, preparando y memorizando discursos sobre las condiciones de vida y de trabajo de los obreros, las cuales conocía apenas a través de informes. Adoptó el símbolo de la hoz y el martillo, pero es probable que no supiera diferenciar uno de otro.
Para escribir con tranquilidad sobre la producción del capital, Marx simplemente se negó a producir, él mismo, cualquier capital.
Por este motivo, nunca fue capaz de conversar por mucho tiempo una fuente de renta propia, como inclusive convendría a alguien que tiene una familia y quiere mantener alguna independencia. De hecho, fue el matrimonio que lo salvó del destino de los desempleados por algún tiempo. Casado con Jenny Von Westphalen, hija del Barón Ludwig Von Westphalen, Marx redujo a cero la dote de la esposa a fin de mantener y publicar algunos de sus escritos. Así es que, el intelectual que tanto atacó la aristocracia no halló ningún problema en ser subsidiado con su dinero. Tampoco halló problema en aceptar dinero provenido de la “explotación del trabajador asalariado”: después de que Jenny había vendido los últimos objetos de plata, la familia tuvo que ser mantenida por las actividades industriales de Engels, pues el “trabajo” de Marx no podía ser interrumpido. Así, Engels extraía la máxima valía de sus empleados y enviaba dinero a Marx para que este denunciara la máxima valía. Tal soporte económico concedido por el amigo se extendió por toda la vida.
Muchas veces las remesas no eran suficientes y los Marx pasaban grandes apuros. Ni siquiera las herencias que él recibió de su padre y posteriormente, de su madre, sirvieron para aliviar su situación financiera. La parte que le competía de la herencia materna él ya la había recibido anticipadamente a través de un tío. Las deudas se acumulaban a tal punto que los oficiales de justicia se llevaban los muebles por el incumplimiento del pago, obligando a que parte de la familia usara el suelo como cama. Y ni por eso el jefe de la casa se decidía a ir a la lucha.
Alcohólico y fumador inveterado, no se sentía dispuesto a enfrentar la jornada del día a día, aunque pudiese trabajar como periodista. Es por eso y por otras faltas, que su mujer lo abandonó dos veces, pero regresó a casa en las dos ocasiones. Marx se había empecinado con que tenía que salvar el proletariado y esa idea fija lo cegó de sus responsabilidades inmediatas, emplazando a sí mismo y a sus familiares a sufrimientos innecesarios. El conde Tolstoi, de cuya herencia humanista los comunistas se apropiaron indebidamente, adaptando y desfigurando su discurso de acuerdo con sus intenciones, abdicó dos ventajas de la nobleza y fue a arar la tierra como labrador. Mejor sería si Marx hubiese seguido este ejemplo práctico y hubiese conocido en práctica el peso de una azada. Así habría comprendido realmente algo sobre el ser humano y pensaría mejor antes de hablar mal de los campesinos.
La esposa tampoco sabía administrar el dinero. Ella había recibido como “regalo” de su madre una empleada, Helen Demuth (más conocida como Lenchen), que hacía todo el trabajo de la casa y aún cuidaba de las finanzas de la familia, pero que nunca recibió un centavo por sus utilidades desde 1845 hasta el día de su muerte en 1890. en 1850 ella paso a ser la amante de Marx y tuvo un hijo ilegítimo con él, Freddy, que él nunca reconoció y que fue criado por una familia de obreros. Las omisiones del jede de familia en relación al trabajo provocaron la muerte de tres de sus hijos por desnutrición. Entonces le restaron tres hijas, a las cuales les negó educación y carrera a pesar de que eran inteligentes. Su hija favorita Eleonora, casada con el escritor político y radical Edward Aveling, que era satanista, cometió suicidio en 1898. En 1911 su hija Laura y su marido se suicidaron juntos. Su hija Jenny murió en 1882 un poco antes que él.
Según el escritor Paul Johnson, en su obra Intellectuals, había algo en el temperamento de Marx que no entraba en choque con las ideas expresadas en su obra; por el contrario, parecía ser el origen de ellas: su temperamento violento, autoritario y peleón, motivo por el cual casi fue expulsado de una universidad. Ya en su mocedad, cuando contaba con veinte años aproximadamente, evidenciaba este fuerte trazo de su carácter a través de sus poemas, que presentaban dos temas principales: Su amor por Jenny y la destrucción del mundo. Johnson afirma que “dos de estos poemas fueron publicado en el Athenaeum (Berlín 1841) bajo el título de Canciones Salvajes, donde, además de la salvajería. Él mostraba un pesimismo intensa en relación a la condición humana, fascinado por la violencia, pactos suicidas, pactos con el diablo”. Y que “el odio, la violencia y la visión apocalíptica de una catástrofe inminente del sistema social perneaban toda su obra.
Sin embargo, el coraje no era su fuerte, ya que se envolvía en conflictos y duelos y después se rehusaba cobardemente a batirse en duelo, incitando a sus asistentes a hacerlo. Uno de ellos, Konrad Schramm, batió duelo en su lugar, sin nunca haber usado una pistola y salió herido. Otro asistente, Gustav Techow asesinó por lo menos otro revolucionario rival de Marx y fue ahorcado por el asesinato de un policía.
La solidaridad tampoco era su fuerte. La mayor evidencia de este respecto fue su relación con Engels. El amigo se constituyó durante más de veinticinco años en el soporte financiero de la familia Marx, habiéndolo entregado más de la mitad de su renta total.
Sin embargo, el jefe de la casa no sólo se mostró grato como aún se acomodó a esa situación, olvidándose de los bríos y acostumbrándose a pedirle préstamos financieros, los cuales, en realidad nunca fueron reembolsados. Cuando la compañera de Engels falleció, este se encontraba desolado, pero Marx no se mostró capaz de expresar cualquier sentimiento de pesar por este hecho; al contrario, le envió una carta comunicándole que esta al tanto del hecho y, en seguida, yendo directo al asunto que le interesaba: El envío de una nueva remesa de dinero. El historiador Edmund Wilson comenta la correspondencia intercambiada por ellos a despecho del asunto:
“En el día siete de enero de 1863, la amante de Engels, Mary Bums, murió súbitamente de apoplejía. ‘No puedo siquiera exprimir lo que siento’, escribió Engels a Marx en una nota corta: ‘La pobre muchacha me amaba de todo corazón’. En su respuesta Marx se limito a comentar que la noticia le ‘sorprendió y chocó’, que Mary era ‘simpática, espirituosa y dedicada’, en seguida discurrió largamente sobre la miseria en que vivía, quejándose de la dificultad de obtener un préstamo en Londres (…) Engels sólo respondió el día trece a la carta que Marx le escribiera en el día ocho y en los siguientes términos: ‘Estimado Marx: ciertamente has de comprender que la desgracia que me acometió y su fría actitud en relación a esta me impidieron responderle antes. Todos mis amigos e incluso simples conocidos filisteos, supieron manifestar, en la que no podía sino avalarme profundamente, más solidaridad y amistad de lo que yo esperaba. Tu aprovechaste la oportunidad para demostrar tu manera orgullosa de encarar las cosas con frialdad’. (…) diez días más tarde Marx le responde, pidiéndole disculpas y diciéndole que se había arrepentido de la carta apenas la envió, pero que ‘bajo tales circunstancias yo no consigo recorrer a otra cosa a no ser el cinismo’. Y su falta de tacto y sentimiento es de tal forma que él se extiende por páginas y páginas quejándose de su situación y dando más o menos a encender que la carta salió como salió por la presión impuesta por su mujer”.
Este episodio causó en Engels una profunda indignación contra Marx y, a partir de ese entonces, la relación de los dos nunca más fue la misma. Engles fue según Johnson, la tercera gran víctima explotada financieramente por Marx; la primera fue la familia de la esposa y la segunda sus propios padres.
Un contemporáneo suyo, el anarquista Michael Bakunin, declaró a su respecto: “Si su corazón fuese tan fuerte como su intelecto yo lo seguiría a través del fuego. Pero le falta nobleza de espíritu. Estoy convencido de que una peligrosa ambición personal devoró todo lo que había de bueno en él. La adquisición de poder personal es el objetivo de todas sus acciones.
El triste saldo negativo
De todos estos conflictos y sufrimientos hubiesen resultado en algún bien para la humanidad, por lo menos tendrían algún sentido. Pero ¿qué es lo que Marx consiguió? Su doctrina no generó un mundo de fortuna y concordia y sí miseria, además del terror del régimen que más crímenes cometió en la historia. No generó la libertad, sino la opresión del individuo por el Estado absoluto; donde no importa lo que haya sido implantado, el Estado comunista se transformó en un insoportable y odioso monstruo de fierro controlador y patrullador de la vida individual, de las actividades y pensamientos humanos, como si no debiese servir a los hombres y sí ser servido y adorado por ellos. Marx creía que, siendo el Estado un instrumento de dominación al servicio de la clase privilegiada, debería desaparecer con la supresión de las clases sociales. Pero (¡cosa extraña!), precisamente resultó en lo opuesto: ¡el estado se fortaleció más allá de toda medida! ¿algo había salido mal? O ¿esto será la tal “dialéctica”?
Por otro lado, a final de cuentas, ni siquiera arañó el poderío de su archi enemigo. Por el contrario: el capitalismo nunca fue tan pujante. Y la causa de su radicalización y omnipotencia actuales fue sin duda la guerra fría. No fuese el pretexto de combatir la terrible amenaza comunista, el capitalismo no habría podido sembrar de forma tan eficaz por todo el mundo la creencia ideológica de que es la única forma posible de organización humana. Otro factor de la radicalización capitalista fue que el marxismo haya obstaculizado enormemente el diálogo entre las clases.
No hay nada de errado en organizar a los trabajadores, pero la predicación de la lucha de clases creó artificialmente un foso ideológico prácticamente insuperable entre empleados y patrones, predisponiendo ambos lados a la animosidad y a la desconfianza. Talvez si Marx no hubiese escrito ninguna línea, el capitalismo ya hubiera evolucionado para una forma más humana de convivencia, o habría sido superado. Y la previsible falencia del comunismo sirve aún como argumento complementar a las mentiras de los ideólogos del capitalismo. Hoy, que los comunistas no asustan más ni la Liga de las Señoras Católicas, estos mismo ideólogos se entregan al ridículo de citar Marx, ya sea para darse aires de “humanistas” o ya sea para resaltar, por el contraste, el valor de sus propias teorías.
¿Y el proletariado? ¿Qué es lo que Marx hizo por él? Nada además de acrecentar a su miseria material la miseria espiritual del resentimiento, de la revuelta y del rencor, que son apenas el otro lado de la ganancia y la avaricia capitalista, la imagen de las pasiones capitalistas reflejadas en un espejo, lo que muestra que ambos sistemas no son tan opuestos así. Son apenas manifestaciones de las mismas tendencias no humanas, cuyo combate Marx quiso postergar para después de la revolución y que no consiguió combatir en sí mismo.
Los Dos Demonios: La verdadera historia del comunismo y del capitalismo
Demonio-Comunismo: Yo poseo la bomba atómica, puedo imponer el régimen capaz de destruir el don de los hombres que más me irrita.
Demonio- Capitalismo: Consta en los evangelio que nosotros, los demonios, somos los padres de la mentira y, por eso, no sé si debo creer en lo que dices. Talvez estés inventando una más de tus mentiras. Entre tanto, no puedo comprender tus palabras cuando afirmas pretender destruir el don de los hombres que más te irrita. ¿Qué don es ese?
Demonio-Comunismo: ¿No te das cuenta? Hablo del don de la libertad. La libertad de los hombres les permite escapar de mi imperio. Sin embargo, son tantos los desatinos que cometen en nombre de ella que muchos de los que izan su bandera acaban caminando para mí a ciegas. Lo mejor, pues, es precipitar esa marcha por la violencia y hacerlos esclavos de una vez.
Demonio-Capitalismo: Eres un demonio muy tonto con esa tu camisa de obrero. No puedes comprender mi filosofía de diablo rico, vestido elegantemente en medio a las personas finas. Pues la libertad es justamente el poder que los hombres poseen de transgredir as leyes morales. Si no fuese la libertad, ¿cómo podría yo alcanzar éxito en las tentaciones que sutilmente insinúo a los hombres, conduciéndolos al camino de la perdición?
Demonio-Comunismo: Más tonto eres tú, pues no ves que ese camino lleva a los hombres al reino que presido. Juzgas trabajar para ti, pero en realidad, trabajas para mí.
Demonio-Capitalismo: Trabajo para la Civilización Occidental Capitalista.
Demonio-Comunismo: y ¿Qué es la Civilización Occidental Capitalista?
Demonio-Capitalismo: Es algo como una cosa que existe sin existir.
Demonio-Comunismo: Y ¿trabajas para una cosa que existe y no existe al mismo tiempo?
Demonio-Capitalismo: Trabajo por lo que no tiene sentido.
Demonio-Comunismo: Si no tiene sentido. ¿Para qué sirve?
Demonio-Capitalismo: Sirve únicamente para que mi propio sentido prevalezca.
Demonio-Comunismo: Pues no veo sentido en tu sentido. No te defines, como yo, abiertamente. Las cosas que hago se dirigen a un fin: la destrucción del hombre, su transformación en una pieza mecánica, su degradación total. Bien sabes que desde el principio, cuando el demonio Luzbel nos alistó para la grand revuelta, cuyos episodios el escritor Milton describe con tanta elocuencia, el motivo principal de nuestra indisciplina fue el galardón que Dios otorgó a los hombres de que sean racionales y libres y, de cierta forma, superiores a los ángeles, porque en su naturaleza se debería operar el milagro de la Sagrada Alianza. Esta guerra, anterior a la creación del mundo visible y tangible, continúa hasta el día de hoy. Todo nuestro empeño debe estar en despojar a los hombres de su dignidad y de su humanidad, reduciéndolos a condiciones de simples animales.
Demonio-Capitalismo: Trabajas contra ti mismo, o mejor, juzgas trabajar por la esclavitud de los hombres, pero al mismo tiempo creas condiciones para que en ellos se despierte la razón. Porque, es justamente cuando el hombre se ve desvinculado de todos los bienes de la tierra y se siente humillado, ofendido, aplastado por el sufrimiento e impotente para hacer uso de la libertad, es que él se acuerda de lo que es, de dónde vino y para dónde va. Entonces, bajo el peso del dolor, el hombre renace. Y cuando esto pasa, él se escapa de tu dominio y del mío. Al contrario de ti, que impones el materialismo ateo, que creas el mito del colectivismo, que reduces a las personas a individuos y el individuo a nada, para que de la nada resurja la imagen auténtica del hombre, yo hice erguir en el puerto de Nueva York la estatua de la libertad y a la estatua le dí una interpretación en cuya amplitud traigo a los hombres esclavos de sí mismos. Tú construyes a los hombres, yo soy quien los destruye. En tu esclavitud hay un canto de esperanza, pero en mi libertad sólo hay una marcha fúnebre que persiste.
Demonio-Comunismo: Así dices, pero lo cierro es que, conforme ya te lo dije, trabajas para mí.
Demonio-Capitalismo: ¡Jamás! Te considero el peor de los adversarios, porque eres um traidor de Luzbel. Despiertas al hombre en el hombre. En cuanto a mi, hago que los entes humanos adormezcan. No es difícil para mí conseguirlo: me basta con enseñarles a cantar y danzar “rock” y otros ritmos frenéticos y hacer sonar la Trompeta de la Declaración de los Derechos por todos los cuadrantes, soplada en con toda fuerza en 1789 en Francia, en la Revolución Francesa. Subvertí todos los valores morales en el mundo de la inteligencia y de la sensibilidad mientras que los comerciantes, industriales, banqueros y políticos iban perdiendo, día a día, el criterio del bien y el mal. Engendré todas las formas de diversión y de placeres, desde las discotecas con sus músicas pops y los strep teases, hasta las famosas “casas de masaje” y los salones de baile, que se multiplicaron por el globo terrestre con luces oscuras y de colores bajo las cuales, prostitutas y mujeres casadas se encuentran en una promiscuidad ultramoderna. Encendí la pasión del juego, haciendo cantar a las ruletas y graznar las espátulas que arrecadan las fichas. Hice cartas de barajo, de cartón y plástico. Transformé el arte de la equitación en juegos desenfrenados. Desorienté el cine y el teatro a tal suerte de volverlos instrumentos de degradación humana. Por fin, contaminé todos los noticiarios, las revistas de TV y hasta los dibujos animados, con esto voy dejando multitudes imbéciles. Si nuestro fin es llevar a las almas al infierno, habrás de concordar que quien trabaja honestamente para Luzbel soy yo y no tú…
Demonio-Comunismo: Piensas que trabajas para ti, pero insisto en que, en realidad es para mí para quien trabajas. Si animalizas a los hombres y a las mujeres, no haces más que preparar mi adviento, mi victoria. El hombre sólo se esclaviza a mi imperio después de haberse convertido en esclavo de si mismo. El hombre conciente y despierto reacciona contra mí. Por consiguiente, todo tu esfuerzo redunda en mi beneficio. Pero te olvidaste de mencionar tu ciencia. Fue esta creación tuya que me facultó los medios de fabricar la bomba atómica, y la de hidrógeno, y la de neutrones…
Demonio-Capitalismo: Inventé las bombas para impedir que dominases esta parte del mundo donde ejerzo mi poder. Reconozco que eres violento, ¡oh! demonio de la estepa, diablo glacial ártico, espíritu rojo de más allá de los Urales, y que paseas hace siglos por Asia ahorcando, degollando, incendiando, oprimiendo… y, siendo tú violento, sólo por la violencia podrás ser dominado. Entonces, les ordené a mis científicos que se sumergieran cual buceadores hasta las profundidades de la materia y volviesen de allá trayendo en sus manos la fuerza invisible del átomo. Tal descubierta fue un éxito, y al volver, traían consigo este gran tesoro, al que considero mi mayor tesoro. Hice con él las primeras demostraciones en Nagasaki e Hiroshima, como bien sabes. Esto era apenas para que vengas a saber de mi poder. Pero no tengo algún interés en usar esta arma brutal. Sería representar la tragedia en que las almas son salvadas por el sufrimiento y poner fin a la comedia mecanicista montada por mí y que se constituye en la más eficaz forma de manipulación. Quédate tranquilo. Si para ganar tiempo predicas la paz y en seguida te preparas para la guerra, yo, por mí, deseo apenas la paz, la paz prolongada, la paz de los pantanos y de los cementerios donde se pudre el coraje humano, la paz del FMI, la paz de las presiones económicas, las superficialidades y la lascivia, donde no flamea la llama de la vida heroica y ni la del sueño. Que el mundo se decomponga en la paz de la ilusión: es mi deseo.
Demonio-Comunismo: Pero ahora, yo también poseo las bombas apocalípticas. Y esto, debo decirlo, gracias a ti. ¡No te espantes! Mientras tú querías domar la naturaleza y arrancar los recesos de la materia, la fuerza de la que tanto te enorgulleces, yo penetraba en el alma de tus científicos e iba a buscar una fuerza aún mayor: aquella que habita en las almas de los hombres. Me infiltré en tu imperio y conquisté a algunos de tus súbditos con falaces promesas de una existencia mejor y más justa y a los otros, les prometí una vida en que los instintos gozasen de la más plena libertad. Tú mismo me ayudaste a movilizar tales elementos, dándome para los primeros, argumentos de Rousseau, de Diderot, de Helvetius, de Saint Simon, de Fourier, de Ricardo y de Marx; y dándome para los segundos, la lógica agradable de Freud. Todo obra tuya. Y de esa forma, habiendo conquistado la simpatía de tus hombres, es entonces que ellos prontamente me revelaron los secretos de las fórmulas herméticas de la física nuclear. Y hoy puedo decirte, a ti, que eres el demonio del individualismo, del egoísmo, de la comodidad, de las diversiones, de las ambiciones, de los banquetes, de las fiestas y de los bailes, que yo, el demonio del colectivismo, de la brutalidad y del terror, estoy en igualdad de fuerzas contigo. Empatamos. Y en este empate, hay un victorioso: yo. Si no me crees, considera: porque eres el demonio de la desorganización y de la anarquía, del liberalismo sin frenos, del agnosticismo y de la lasitud y llevas al hombre a renunciar al uso de las fuerzas poderosas que habitan en su alma, los que te siguen son incapaces. Hay, de entre ellos, lo que son sublevados y estos me pertenecen. E incluso aquellos de espíritu justo, que rechazan tu imperio pero están interiormente petrificados por el materialismo, habrán de ser conquistados por mí, para que en tu fortaleza vengan a ser verdaderos caballos de Troya. Entonces, como ves, si es verdad que fuiste el primero a echar mano en las grandes armas. Para dominar todo, a mí me bastan las almas, ¡mi triunfo es, pues, inevitable!
Demonio-Capitalismo: Nuestros métodos son diferentes. Sin embargo, deseamos la misma cosa, la victoria de Luzbel. Y tendrás que admitir que, si yo venzo, él será vencedor. Pero si veces tú, él jamás vencerá. El sufrimiento salva a los hombres, los placeres los pierden.
Demonio-Comunismo: viéndote proferir tales palabras, me siento como si estuviese contemplándome en un espejo…
Demonio-Capitalismo: También siento lo mismo yo al contemplarte.
Demonio-Comunismo: Y ¿qué crees que esto pueda significar?
Demonio-Capitalismo: ¿Por ventura, no tú no serías mi propia persona?
Demonio-Comunismo: Sospecho que somos la misma persona. (Los dos demonios se aproximan y se funden en un mismo demonio)
El Demonio: Si, soy yo quien estoy hablando conmigo mismo. Y ahora que soy uno sólo, veo los enigmas deshacerse. Y temo. Temo, porque en las penumbras del siglo, presiento el renacer del gran sol, aquel mismo que hace dos mil años iluminó el mundo romano. ¡Rayos, truenos y centellas! ¿de qué me vale mi vasto arsenal de artimañas, si ya no puedo detener su luz? Nacerá del horizonte del tedio del Occidente y extenderá sus rayos a lo lejos, hasta el recóndito Oriente. Y, en la plenitud del día, habrá seres humanos sobre la tierra.

Ejército
Historia de una leyenda española: los suicidas de Leganés

¿Te acuerdas de los suicidas de Leganés?
Se trata de uno de los eventos más misteriosos y luctuosos de la historia de España. Los llamados suicidas de Leganés constituyen aún hoy en día un enigma y una cosa rara, de la que no han quedado respuestas para muchísima gente, aunque también habría que preguntarse a quién le interesa realmente saber la verdad sobre nada. Y es que a la mayoría le importa más la ficción de todas estas series que ni con mucho se aproximan a lo interesante que puede ser la realidad. Porque aquí también Se cumple el dicho de que la realidad supera la ficción.
¿Qué pasó en Leganés hace casi 20 años, 3 abril de 2004? Es demasiada la gente que se ha conformado con unas respuestas que no pueden satisfacer a nadie. Y es que aquí hay dos posibles soluciones al misterio, ambas igualmente falsas, pero vamos a situarnos en el momento exacto en que sucedió este brutal fin de una película de terroristas.
Todo ocurrió 3 semanas después del 11M y de esas elecciones tan limpias
3 semanas después del 11M, recordamos, un piso en Leganés lleno de presuntos terroristas islamistas estallaba, por muy poco llevándose por delante a todo el contingente de GEO que se disponía a irrumpir en la vivienda. Pero, ¿por qué estos peligrosos terroristas no huyeron, después de perpetrar el atentado, o se escondieron en algún sitio, en vez de dejarse rodear todos juntos y enfrentarse a condenas milenarias o incluso a ser abatidos? ¿Por qué situaron todos los explosivos, con los que pretendían morir matando, precisamente al otro lado de la casa en la cual se iban a inmolar? Y además dejaron que la policía evacuara a todos los vecinos de esa comunidad, qué curioso, esperando luego toda una tarde entera a que llegara la hora del Telediario de las 21:00. Precisamente el momento en que los GEO forzaron su entrada en el bloque de pisos y se acercaron a la puerta de la vivienda objetivo, lo cual nos arroja aún más dudas y esta vez por parte de los mandos de la Policía.
¿Por qué arriesgar las vidas de los GEO en Leganés?
¿Por qué arriesgar las vidas de los GEO en Leganés, en una intervención cuerpo a cuerpo que se podía haber perfectamente evitado? Porque no había rehenes de por medio ni esos terroristas, aislados en una vivienda que estaba completamente cercada, podían escapar de ninguna manera. Por tanto, ¿qué necesidad había de ellos con todo el equipo? Con todos esos riesgos que implica la acción policial cuando estamos hablando de terroristas que estaban fuertemente armados y que, incluso, podían poseer explosivos, como así fue. La explosión fue tan tremenda que para arriba literalmente todas las paredes de esa planta, dejando los pilares limpios, tal y como si estuviera en estado de obra. Una explosión brutal que España entera y el mundo contempló en el telediario de la noche, en vivo y directo, en un espectacular intento de hacernos creer que todo aquello era un tema de islamistas muy fanáticos, pero que la pesadilla había terminado.
Sin embargo, la lógica de los hechos comentados parece apuntar hacia muchas preguntas sin resolver. Además, por si fuera poco surrealismo hasta ahora, debemos considerar que hay detalles macabros, pero que son muy ilustrativos de lo que pudo realmente pasar. Por ejemplo, el hecho de que no apareciera sangre en ninguna parte revela que esos cuerpos que se encontraban en el interior del piso no murieron precisamente por la explosión, sino que ya estaban bastante secos de antes. Recordemos que la sangre es un elemento del organismo que se empieza a evaporar muy rápidamente después de la muerte y, si las cosas fueron como nos han contado, al estallarse siete personas a la vez debería de haber sangre por todas partes. Pero esto nunca fue así.
La única sangre que se encontró en el lugar de los hechos fue la del pobre GEO fallecido en acto de servicio. Y hubo otro detalle muy macabro, pero que sucedió, y fue que uno de esos supuestos terroristas se dio de baja a sí mismo con los pantalones puestos al revés. ¿Qué sentido tiene eso? Pero, por si fuera poco, cuando ya toda esa urbanización estaba cerrada, antes de la explosión, va la Policía y deja escapar a uno de estos magrebíes, al que luego bautizaron como el Galgo de Leganés. ¿Acaso era un agente de las fuerzas de seguridad y convenía dejarlo suelto, tal vez para misiones posteriores, como el juicio del 11M al que tuvo que ir a contar su parte de la película?
Parece una mezcla de película de serie B y Torrente, pero sucedió de verdad hace casi 20 años en Leganés
Todo esto parece una mezcla de película de serie B y Torrente, pero sucedió de verdad hace casi 20 años en Leganés. Una historia que parece de auténticos fantasmas, pero es que realmente nadie vio nunca jamás a esos terroristas vivos. Una circunstancia que parece increíble cuando estamos hablando de un tiroteo, previo a la explosión, del cual quedaron solo algunos casquillos de AK-47, pero además es que nadie vio ni oyó ningún intercambio de fuego de estas características.
Un corolario surrealista para una historia surrealista, la de estos chavales de Leganés, que por muy magrebíes que sean no quiere decir que sean delincuentes ni mucho menos terroristas. Ni mucho menos fanáticos que se van a inmolar, además, como auténticos imbéciles, todos juntos en un piso, sin matar a nadie y además dejando que se evacúe todo el vecindario tranquilamente. ¿Quién puede creerse esta historieta que, por supuesto, daba además una oportuna solución al problema enorme que tenía el Estado, desde hacía tres largas semanas? El problema de justificar lo que había sucedido en esos trenes, no menos misteriosos que el piso en cuestión. Precisamente 7 suicidas que, sumados al verso suelto de Jamal Zhougam, arrojan un resultado numérico que les venía fenomenal. Para justificar el número de terroristas que se tenían que haber subido en esos trenes y haber dejado de esas supuestas 12 mochilas que nos contaron que se pusieron.
Los llamados suicidas de Leganés son aún hoy un enigma y una cosa rara
Una maniobra burda y llena de flecos sueltos, como los que acabamos de comentar, un resumen de todas las chapuzas que hicieron por el camino los verdaderos ejecutores de esta historieta. Nada encaja con nada porque lo tuvieron que improvisar a toda prisa y no sólo antes de las elecciones del 14 de marzo de 2004: recordemos que estamos hablando de 3 semanas después, pero las prisas continuaban como en las 72 horas previas a las elecciones de ese año 2004. Cuando Gobierno y oposición se pusieron de acuerdo en la presentación de toda una serie de pruebas increíbles, reunidas en un plazo increíble, con el objetivo común de tapar a los verdaderos responsables del atentado y presentarnos a otros, de corte islamista, precisamente ahora para interesada en esos momentos. Con la guerra de Irak y Afganistán en curso.
Objetivos mucho mayores y a nivel internacional que resultaban mucho más importantes votantes para la élite que el simple hecho de tener al PP o al PSOE en la poltrona. Esos detalles que a los españoles nos importan mucho más, por lo que perdimos la visión de conjunto y no nos dimos cuenta de que ese enfrentamiento entre ambos partidos por la Moncloa no era impedimento para que se pusieran de acuerdo en lo fundamental. Porque nunca se demostró con tanto realismo y pruebas que esas dos bandas de delincuentes tienen jefes en común. Y es que parece bastante obvio que se pusieron muy de acuerdo en algo tan fundamental como fue apuntalar una versión islamista que venía a continuar con el rollo del 11S. Si lo miramos así, todo cuadra mejor, pese a la pelea que tuvieron entre ellos. Pero hemos empezado por el final: cómo el Estado se quita de encima a los presuntos autores, en Leganés, y no de todas las cosas que hicieron desde el principio para tapar lo que había pasado… Y tal vez para otros fines, menos claros para la mayoría desinformada.
¿Estaba el Gobierno de Aznar amenazado tras lo sucedido en el 11M?
La mejor decisión que hemos tomado en nuestra vida
Y cuando atendemos algunas escenas del juicio del 11M, con los testimonios textuales de personajes importantes de la Policía, la cuestión parece más clara todavía. Por ejemplo, cuando el jefe de la lucha antiterrorista de la Policía Nacional realizó una serie de confesiones durante el juicio que son acojonantes. En especial, cuando le preguntaron por qué se había detenido el gran chivo expiatorio de toda esta historia el tendero de locutorio de barrio llamado Jamal Zougam.
… Y, además, le quiero contestar. Yo creo que es la mejor decisión que hemos tomado en nuestra vida.
Como señalaba el forero de los Peones Negros apodado Rolón (puedes ver sus comentarios literales a continuación), con esta respuesta el Comisario General estaba reconociendo implícitamente que esa detención no tenía nada que ver con los hechos, sino que se trataba de un acto discrecional, de una decisión individual que debería de obedecer a otras razones que poco tenían que ver con la investigación. De hecho, el propio juez Bermúdez, cogido fuera de juego, le exigió que aclarase tan sorprendente declaración, a lo que De la Morena añadió lo que constituye el verdadero quid de la cuestión:
Teníamos la presión de que iban a cometer otro atentado
Pues sí. De alguna manera ya se estaban barajando las vías islamistas y, como le decía anteriormente, ya teníamos la presión de que iban a cometer otro atentado.
Pero, ¿qué quiere decir todo esto? ¿Cómo es posible que un jefe policial reconozca esta manera que una detención se realiza por motivos ajenos a la investigación? Para explicar esto mejor, como decíamos, está la explicación de este campo policial, Jesús de la Morena, comisario general de Información de la Policía Nacional. Se trata de unos comentarios realizados en el foro de los penes negros del 11M que por su interés periodístico reproducimos a continuación, antes de que alguien los borre:
El dilema del prisionero en el 11M
Dijo un responsable policial en el juicio que la detención de Zougham había sido “la mejor decisión de nuestra vida”. Y aunque quizá esa frase tenga una lectura mucho menos obvia de lo que algunos lectores del blog imaginan, me atrevo a lanzar otra hipótesis. Antes hay que enmarcar el contexto. La frase lapidaria de De la Morena es lanzada con toda la intencionalidad, saliéndose de los términos concretos del interrogatorio al que se sometía en el juicio. El propio Bermúdez se sorprende y le pide que lo explique mejor. Antes de entrar en el desarrollo de su explicación, parémonos en la intencionalidad de la proclama. ¿A quién iba dirigida, y para qué? Por eliminación, descartamos primero al propio Tribunal. De la Morena habla de decisión, lo que implica subjetividad. Hicieron tal cosa (la detención de Zougam) como podían haber optado por la contraria (esperar hasta después de las elecciones). No se acoge al determinismo técnico que podría alegar como policía (las pruebas eran o no suficientes, su participación era más o menos importante…) sino que entra de lleno en el terreno de lo “político/discrecional”. En segundo lugar, y no con menos claridad, descartamos que De la Morena estuviera intentando autoconvencerse para evitar remordimientos de conciencia. Para eso es necesario previamente tenerla. Parece indudable que se trata de una autojustificación ante terceros. Que, por cierto, no sería el nuevo Gobierno, que tan bien le trató después del relevo de administraciones. Con lo cual solamente nos quedan sus antiguos jefes. Acebes, Astarloa, Aznar. ¿Díaz de Mera? ¿Tal vez en respuesta a las presiones o reproches que ellos pudieran estar infligiéndole? La respuesta puede estar en la línea de defensa elegida. En lugar de escurrir el bulto, o remover la porquería, De la Morena explota la vía del “mal menor”. Lo cual nos llevaría aún más lejos. Veamos.
Invitado por el juez Bermúdez a explayarse sobre “la mejor decisión de nuestra vida”, De la Morena suena contundente cuando afirma: Iban a volver a atentar y el reloj jugaba en nuestra contra. De lo que se derivan dos preguntas obvias:
1- ¿Quiénes iban a volver a atentar? No los pelanas, desde luego, pues por entonces aún no eran conocidos. Además, la detención de aquél de quien tan sólo se creía que había vendido la tarjeta de la bolchila, sin esperar a ulteriores seguimientos, sólo garantizaba la impunidad de sus presuntos cómplices. Pese a todo, ¿y si DlM estuviera diciendo la verdad? ¿Y si se refería a los verdaderos asesinos, y la detención de Zougam (o la de cualquier moro de atrezzo) fuera una condición impuesta para no cometer otro atentado, tan brutal o más que el del jueves, pero con la misma “profesionalidad”?
2- ¿Cuándo se pararía el reloj? Obviamente, el día de las elecciones. El dilema del prisionero. Una lucha contra el reloj en la que múltiples riesgos sobrevolaban las cabezas de las autoridades policiales y políticas. A posteriori el 11M nos parece una monstruosidad. Pero, en aquel momento, nada podría hacer descartar que pudiera haber otro ataque.
El domingo, millones de personas visitarían las urnas. Y miles de espectadores llenarían estadios de fútbol. Imaginemos que los autores hubieran hecho llegar el mensaje al Gobierno de que, o se hacían el harakiri culpando a Al-Qaeda, o podrían sufrir otro atentado, a la vez que su dominio/control de las cloacas les permitía jugar con los tiempos de la manipulación mediática.
El hipotético chantaje sólo podría tener una respuesta: la desconvocatoria inmediata de las elecciones, decretando el estado de excepción. Sin embargo, el relojero de la trama ya lo tenía previsto, y Aznar sería triturado por la opinión pública nacional e internacional, acusado de dar un golpe de Estado (¿recordáis a Almodóvar y a la Consejera de la Generalitat?)
Es incomprensible que se desguazaran los trenes por una mera orden verbal
Pero no sólo eso. En otro comentario a continuación, otro forero apodado Barbarel apuntaba lo siguiente:
La operación de inteligencia del 11-M debía garantizar que el Gobierno en funciones no pudiera reaccionar: Usando falsas tramas preexistentes creadas para otros fines.
Algo que parece reivindicar el hecho de que los trenes, verdadero y único escenario del crimen, fuese desmontado a las pocas horas del crimen. Y esto lo resumió muy bien otro anónimo investigador, de ésos que hacemos el trabajo que las instituciones del Estado jamás han realizado ni permiten realizar. Un anónimo que escribió esto en marzo de 2017:
Buenas tardes, un anónimo y sólo como una hipótesis…
“Entre todos lo mataron y el solo se murió”, En un país como España que se necesita un papel con dos firmas y cuatro sellos para hacer cualquier trámite en la administración es incomprensible que se desguazaran los trenes por una mera orden verbal. El problema no está en quien dio la orden, si no de quien la acata y en este caso obedecieron TODOS. ¿Qué tienen en común TODOS los políticos, jueces, periodistas, policías, militares, empresarios, religiosos en los puestos de mando medios y superiores? Que son hermanos y asisten a tenidas en la misma logia y que tienen una obsesión enfermiza por el simbolismo.
www.youtube.com/watch?v=9LX-l_TYvdM
El 11M es único ataque terrorista con teléfonos móvil que tuvo éxito en la historia de la humanidad. Los grupos antiterroristas saben, por los ejercicios que realizan, que en hora punta cualquier mochila o bulto sospechoso es localizado por cualquier ciudadano en menos de dos estaciones. Es decir, si hubiesen sido mochilas hubiésemos tenido DIEZ explosiones en Madrid, pero no todas en los trenes ni con pasajeros en los trenes.
Entre el 4 y el 10 de marzo se realizó un ejercicio llamado CMX-04 que incluía un ficticio ataque terrorista islámico al transporte público madrileño con un saldo de 200 muertos. Extraoficialmente, porque oficialmente termino el 10, le diré que tenían personal táctico desplegado en el terreno cuya función era evaluar si eran detectados por las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado las cuales estaban en un estado de alerta medio debido a las elecciones generales. El ejercicio se suspendió en la mañana del 11.
Existe una ley que se cumple en toda la naturaleza, “la ley del mínimo esfuerzo”, lo apreciamos en el agua, en la electricidad, en el biorritmo de cualquier ser vivo y, cómo no, en la presión atmosférica. La onda explosiva siempre busca el camino con menor resistencia es por esos que las bombas no provocan cráteres. Observe los trenes, puertas y ventanas salieron disparadas y el techo el cual es más liviano que el suelo, es el que esta abombado en forma de burbuja… Todo coincide con una onda de presión a excepción de pequeños cráteres en el suelo de cada uno de los respectivos focos de explosión…
Esto es un indicio de que los explosivos estaban ocultos en el suelo de los vagones, posiblemente en algún registro para mantenimiento. Teniendo el chasis debajo la onda saldría por la efímera tapa de plástico cubierta por el suelo del vagón. También es indicio de la utilización de pocos kg de explosivo por ser de uso militar y que posiblemente se realizara su instalación en las cocheras.
En los 80 existían multitud de grupos terroristas, de derechas, de izquierdas, religiosos, anarquistas, burgueses… Que se mataban entre ellos y todos fueron desarticulados a excepción de ETA. ¿Por qué? si cuanto más grande y organizado es un grupo criminal más fácil es destruirlo. ¿Tendrá algo que ver con que sus víctimas, las más importantes, eran del pensamiento de “antes ateo y bolchevique que un borbón reine en España“?
ETA es la operación gladio en España.
Resistentes saludos.
Las amenazas contra el gobierno de Aznar en el 11M
Éste es el verdadero trasfondo político del 11M en España. Un gobierno cogido doblemente por los huevos.
- Por un lado, se les chantajea con su participación en un plan terrorista anterior al 11M del cual el gobierno del PP no sería inocente.
- Por otro lado, se les presiona con la posibilidad real de nuevos y sangrientos atentados, efectuados con la misma profesionalidad que los realizados en el 11M.
De hecho, las amenazas contra el gobierno de Aznar en el 11M fueron públicas y notorias y se primer momento. Un golpe de Estado radiado en los principales medios de comunicación españoles y extranjeros. Recordamos por ejemplo este otro análisis que hace el investigador López Bru sobre la gran soflama de Iñaki Gabilondo, en la misma mañana del 11M, pero previamente hay que resumir un poco el elenco de
9:00: El Lehendakari Ibarretxe sale a los medios a condenar el atentado de ETA y llama alimañas a los etarras.
10:08: Otegui, de ETA-Batasuna siembra la duda en una radio vasca sobre la autoría.
10:17: Carod-Rovira, de ERC y famoso por el Pacto de Perpignan con ETA, aboga con jactancia en la SER por la negociación política con ETA. Éstas son sus palabras textuales:
Insisto y lo digo por última vez ya, ¿no? (risas) Llega un momento en que… Quien tenga capacidad de decidir cosas, que asuma sus responsabilidades y que constate que alguien debe hacer que la palabra se convierta también en el instrumento definitivo para que se acabe la barbarie.
11:30: Jonan Fernández, de Elkarri, versión light de Batasuna, en la SER, con voz de cordero, respalda esta tajante llamada de Carod Rovira al diálogo con ETA.
11:35: Iñaki Gabilondo, o sea, la SER, con voz de lobo, lee la gran soflama que reproducimos a continuación.
La gran soflama de Iñaki Gabilondo
Y es que merece la pena reproducir de forma íntegra ese siniestro texto que el locutor leyó entre los 11:35 y las 11:38 de ese día tan negro:
Muchas gracias, Jonan. Nosotros desde luego necesitamos creer, hemos de decir que tenemos algunas dificultades para hacerlo, hemos vivido situaciones, no de esta envergadura, pero situaciones que han conmocionado a la opinión pública, y la voluntad de unir expresada en un primer momento de una forma incontestable por todos, duró poco, e inmediatamente después se fueron produciendo fisuras y desplazamientos en uno u otro sentido. Es demasiado grave lo ocurrido este 11 de marzo. Otro 11, en efecto, como recordaba Fernando Vallespín, que tiene el carácter no sólo de día catastrófico, así lo ha declarado el Gobierno, sino de día negro, que lo es, de día absolutamente conmocionante para nuestro país. Sólo puede ser digerido por esta sociedad si se produce una respuesta a la altura del desafío. No vale una respuesta digamos convencional, asistir a unas manifestaciones multitudinarias. No, tiene que haber un cambio de página. No se puede seguir viviendo como se ha vivido, de espaldas unos a otros, cada uno encerrado en su burbuja autista. España tiene que plantearse las cosas de otra manera. Un Tiempo Nuevo. Lo será, si no lo es habremos fracasado, y nos gustaría que lo fuera. De experiencias anteriores extraemos muy pocos motivos para la esperanza, pero tenemos que creer que esta vez tiene que ser posible. Ciento treinta y tantos muertos. ¿Puede esto despacharse con la política de los días de labor? Esto sólo puede despacharse con la política de las grandes solemnidades. La que hizo de España un país modélico cuando fue capaz de afrontar el desafío monumental del fin de la dictadura, con una transición inesperada, con la elaboración de una Constitución que nos desconcertó a todos por haber sido capaz de unir posiciones políticas clamorosamente divergentes, por lo que significó el pacto de la Moncloa, por lo que significaron algunas cosas que se gestionaron con política mayor. ¿Tenemos políticos de política mayor? Creemos que sí. ¿Estarán a la altura de lo que se necesita? ¡Ojalá!, pero esto no se puede resolver con la política menor. Para comenzar, yo tengo la impresión, insisto, en que el domingo la sociedad española tiene que ofrecer un dato que dé la vuelta al mundo, una participación en las elecciones como no se haya conocido en el mundo en los últimos 25 años, con el voto que cada cual quiera a quien quiera dar, con una participación que rompa completamente las primeras páginas de todos los periódicos del mundo
Si esto no es así, pues lloraremos a nuestros muertos, los olvidaremos dentro de dos días, comenzaremos a discutir el lema de la manifestación antes de la 7 de la tarde, y aquí sí que va, amigos oyentes, sin la más mínima duda, una profecía que verán Uds. cumplida por desgracia, y no sólo antes de las 7 de la tarde, [con gran énfasis] antes de las 7 de la mañana de mañana. Pero, en fin, nosotros creemos que los ciudadanos tenemos algo que decir, además de entregar la sangre que nos pidan las unidades móviles de donación, además de acudir a todos los llamamientos que se nos hagan. Tenemos una cita el domingo que tiene que convertirse en un auténtico plebiscito a favor de la democracia, desde la posición política que cada cual defienda, y si nos es así, no habremos hecho mucho. Y a las fuerzas políticas, que las esperamos en este desafío mayor. Nunca se ha encontrado ninguno de nuestros políticos en una tesitura como esta. Hasta el momento han podido fintar a la actualidad con maniobras más o menos brillantes, o más o menos no brillantes. Esta vez se les reclama para un desafío de primer nivel. Les estamos aguardando y les estamos necesitando en ese nivel. Hoy es el día de todos unidos en torno a las Fuerzas de Seguridad, todos unidos en torno al Gobierno, y todos unidos mirando a los ojos a nuestra clase política y pidiéndole que sea capaz de colocarse a la altura de los grandes desafíos, a la democracia de nuestro país. El jueves 11 de marzo ya está en la historia. Vamos a decidir si está en la historia sólo por lo que ha hecho ETA, o también por lo que ha sido capaz de hacer la democracia después de lo que ha hecho ETA. Son las 11 y 38 minutos de la mañana». (A continuación, un minuto de música de acción, drama y suspense…)
Una amenaza sin objeto ni sujeto amenaza dos veces
Y vamos al investigador Ignacio López Bru, sin duda uno de los que más han investigado este trasfondo de Golpe de Estado basado en amenazas terroristas y presión mediática:
Impresionante, ¿no? Lo que dice a continuación del lema de la manifestación es la prueba más clara, a mi entender, de que se le estaba lanzando al Gobierno un órdago a la grande del que no se esperaba otra cosa que el asentimiento: “y aquí sí que va, amigos oyentes, sin la más mínima duda, una profecía que verán Uds. cumplida por desgracia, y no sólo antes de las 7 de la tarde, [con gran énfasis] antes de las 7 de la mañana de mañana.”
Después de oír por primera vez esta jettatura de Iñaki, me prometí que si alguna vez me topara con él cruzaría los dos dedos medios de las manos sobre sus respectivos índices, por si acaso, porque una “una profecía que verán Uds. cumplida por desgracia”, y además con la ira destemplada con que la lanza: “y aquí sí que va…”, es mucho más que una profecía e, incluso, que una maldición. Y lo es, además, por dos razones:
Por el nivel de detalle, ya que se verá cumplida, no “antes de las 7 de la tarde”, refiriéndose al día 12 y a la hora de la manifestación, sino “antes de las 7 de la mañana…” del día 12, con lo cual, Gabilondo le estaba advirtiendo al Gobierno de las desgracias que le podrían acaecer en un abrir y cerrar de ojos si no se avenía a razones.
Por el silencio misterioso que mantiene sobre el “qué” de la profecía y a “quién” va dirigida. No me acuerdo qué filósofo solía decir que “una amenaza sin objeto ni sujeto amenaza dos veces”.
He mencionado servicios secretos: terrorismo de Estado en España
Todo esto nos indica que hay un trasfondo de amenazas y Golpe de Estado que han quedado tan impunes, al final, que la mayoría ni siquiera se ha enterado de nada. Pero las confesiones de los principales involucrados en el evento, como el Secretario de Estado para la Seguridad de Aznar, Ignacio Astarloa, son evidencias más que suficientes de que algo aún más turbio y oscuro que el atentado en sí estaba en marcha por esos días. Así lo dejó dicho este tal Ignacio Astarloa, jefe supremo de todas las policías de Aznar, sólo por debajo del Ministro Acebes, cuando sus ex compañeros del PNV le presionaban con el tema de la autoría:
… No tengo el más mínimo a priori sobre ninguna de las hipótesis, que es quien haya sido…. para llegar a saber quién ha sido no descartar nada… Hay que llevar hasta sus últimas consecuencias todas las líneas, se llamen ETA, Al Qaeda, servicios secretos, se llame lo que se llame… He mencionado servicios secretos: terrorismo de Estado….
Un grupo de mandos policiales y algunos agentes del CNI, de la cuerda más dura y leal al Partido Socialista
Un terrorismo de Estado extranjero que dio su fruto en un Golpe de Estado exitoso, hasta el punto de que los propios perdedores (el PP y sus aliados) lo ocultasen todo por interés. Pero la guerra que se desató en las cloacas a continuación sí la pudimos presenciar, de alguna manera, tal y como la relataba el gran héroe de toda esta historia: Fernando Múgica Goñi (DEP).
Lo que el Gobierno no conoce es que ya en esos momentos (se refiere a las primeras horas del día 11) se han puesto a trabajar duramente un grupo de mandos policiales y algunos agentes del CNI, de la cuerda más dura y leal al Partido Socialista, para informar a sus dirigentes de todos los detalles que puedan conducir la situación en beneficio propio. Son los mismos que consiguen que cambie de manos la investigación y que la controlarán desde ese momento. Se forma un equipo hermético que deja de lado a la Guardia Civil y que ralentiza las informaciones que se pasan al CNI. Llaman, sin embargo, cada pocos minutos, a una célula del PSOE que obtiene así información privilegiada, lo que les permite montar una estrategia eficaz contra el Gobierno.
No es de extrañar, ante tal calado de amenazas terroristas extranjeras y sus complicidades, en personajes patrios como Rovira, Gabilondo o el PSOE como tal, que el Presidente Aznar respondiera con este mensaje público tras una ausencia de muchas horas en la mañana del 11M:
No vamos a cambiar de Régimen ni porque los terroristas maten ni para que dejen de matar… No hay negociación posible ni deseable con estos asesinos… Quien decide es el pueblo español.
¿”El Tunecino”? Pero si era uno de los chicos del CNI
Fernando Múgica nos explica muy bien la situación previa a lo que pasó:
España era, en las semanas previas a los atentados, un entramado gigantesco de observadores, vigilantes, confidentes y agentes encubiertos. Lo mejor de cada casa estaba en las calles con los ojos bien abiertos. Corría el dinero y se palpaba una euforia prepotente. Los posibles grupos terroristas de uno y otro signo estaban tan infiltrados, tan controlados, tan neutralizados que las propias fuerzas de seguridad les daban cuerda para que pudieran seguir adelante sin sospechas, por si tenían que utilizarlos. Las redes de la UCO, de la UCE1 y UCE2, de la UCII y la UCIE, de la UCAO, de la UDYCO, del CNI y un largo etcétera controlaban las caravanas de la droga, las rutas de los explosivos, las reuniones de los integristas islámicos. Por eso los avisos exteriores sólo provocaban sonrisas de suficiencia. A veces tenían que jugar al ratón y al gato y al escondite para que unos grupos policiales no interfirieran en la labor de los otros.
Todo eran confidentes en la calle, infiltrados de las Fuerzas de Seguridad en las distintas organizaciones criminales, pero lo curioso es que a posteriori los culpables seguían siendo esos mismos colaboradores:
¿”El Tunecino”? Pero si era uno de los chicos del CNI. Por eso tuvieron que espantarlo de su piso cuando el acoso de la Policía se había vuelto asfixiante. Facilitaron su huida para desesperación de los controladores policiales. ¿Lamari? Pero si estaba enrolado en el mismo barco (CNI) desde hacía tiempo. Por eso Safwan Sabag, “El Pollero” de Valencia, no le perdía ni a sol ni a sombra desde que consiguieron sacarlo anticipadamente de la cárcel (el mismo CNI en 2002). Tuvieron que intervenir su teléfono, el 1 de julio del 2004, para que cuando la Policía metiera las narices con el Skoda Fabia ya no pudieran escucharle.
“¿Quiénes puede ser aquí los malos? ¿Te doy los míos o me das tú los tuyos?”
Mi opinión es sencilla. Es evidente que el Servicio de Inteligencia tiene controlados a islamistas en Madrid y en España. Tienen en Valencia, Tudela[1], en Navarra, muy importante, lo tienen en Madrid y en muchas otras partes. Y tienen a mayor parte de las mezquitas, y tienen comprados a la mayor parte de los imanes y fabrican la cultura hispano-marroquí de la relación… Y que todo eso está montado por la Inteligencia, bien, eso es evidente. Entonces, ¿por qué me dicen a mí que hay una peluquería donde hay (cualquier historia delictiva que quieran dar a conocer) seis meses antes (del Atentado)? No lo sé. Es evidente que quieren hacerles importantes. Pero vamos a imaginarnos una cosa ingenua: quieren hacerles importantes porque luego les van a detener, o porque ya han pensado que ya los tienen muy quemados y ya vamos a detenerles. Y necesitan que un periódico publique en grande: “parece que hay una célula muy peligrosa, relacionada con una peluquería de…” No sé cuál es su intención.
Mira: cuando tú hablas con un Servicio de Inteligencia lo último que sabrás nunca es su primera intención. Desde luego, nunca es la primera que te dicen y nunca es la segunda ni la tercera ni la cuarta. No sabes por qué es. Pero que eso tenga algo que ver, no, mi opinión es la contraria. Alguien, como tiene esa célula ahí, durmiente, de buenos-malos, que lo tienen controlado, pues cuando llega la ocasión la utiliza. Y dice: “¿quiénes puede ser aquí los malos? ¿Te doy los míos o me das tú los tuyos?” “No, ponme los de la peluquería”. ¡Así de sencillo! ¡Y se monta a posteriori! Si en vez de ir por esa línea hubieran ido por una lavandería de Leganés, pues hubieran ido por la lavandería de Leganés. Tú jamás te enterarás de que existe la lavandería de Leganés: sólo sabes lo de la peluquería. ¿Por qué? Porque han ido por ahí. ¡Nada más! O sea, tú, a posteriori, es fácil decir la peluquería, lo otro… Pero eso es una elección, como lo de la furgoneta: ¿y si en vez de la Kangoo hubiera sido una Citroën de Pinto? Pues ahora se hablaría la Citroën de Pinto. Es decir, ellos utilizan las cosas que tienen para que cuadren las cosas (la versión que están entrelazando y quieren convertir en oficial).
Si estaban tan infiltrados y tan seguidos, estas mismas personas, ¿cómo pudieron hacerlo (el Atentado)?
Lo más curioso de las historias de esta peluquería y sus moritos es que no se hicieron públicas sólo después del Atentado, sino también unos meses antes: alguien estaba en efecto decidido a hacerles importantes, como paso previo a su presentación estelar, tal y como explica Múgica:
Yo tenía un amigo que era Teniente Coronel del CNI, que me veía con él habitualmente, una vez al mes, intercambiábamos algunas informaciones y él, meses antes del 11-M, y esto es algo personal que me ha sucedido a mí, intentó venderme para que lo publicara en el periódico la historia de una peluquería en Lavapiés. La historia de unos hombres: Zougam y el Tunecino, que eran muy peligrosos y que yo debía publicar en el periódico su peligro. Él me aseguró que estaban totalmente infiltrados, que tenían micrófonos, seguimientos constantes no solamente aquí sino a Navarra, a Valencia. Recuerdo que nombró a un país escandinavo, un viaje en el que les habían seguido. Entonces, mi pregunta es: si estaban tan infiltrados y tan seguidos, estas mismas personas, ¿cómo pudieron hacerlo (el Atentado)?
Creemos que el Gobierno español no soportará más de dos o tres golpes
Nos dice Ignacio López Bru: dediqué 34 páginas al asunto en el capítulo XXIII de Las Cloacas del 11-M titulado “La Web Noruega”, uno de los más novedosos, a mi entender, del libro. Se conoció como tal a un supuesto documento islamista, “La Yihad en Irak. Riesgos y esperanzas” que dos analistas de inteligencia noruegos, un día después de los atentados (el 12 de Marzo a las 21:26 en la TV noruega), dijeron que lo habían descubierto en un portal de internet yihadista llamado “Global Islamic Media”. En ese documento se decía:
Por ello decimos que, para forzar al Gobierno español a la retirada de Irak, la resistencia debe propinar golpes dolorosos a sus tropas, y que eso se vea acompañado de un seguimiento informativo que aclare la verdad de la situación dentro de Irak. Debe aprovecharse al máximo la proximidad de la fecha de las elecciones generales en España en el tercer mes del año próximo [Marzo de 2004].
Creemos que el Gobierno español no soportará más de dos o tres golpes, como máximo, antes de verse obligado a retirarse por la presión popular. Si sus tropas permanecen tras estos golpes, la victoria del Partido Socialista estará prácticamente garantizada (ver porcentajes), y la retirada de las tropas españolas estará en la lista de su proyecto electoral.
¿A partir de aquí? Leganés
Pero la realidad fue que el Gobierno y su COPE (con sus Losantos y Luises del Timo) estuvieron en la vanguardia de toda la intoxicación junto al propio PSOE, con los cuales pactaron en secreto, en lo que antes hemos denominado el dilema del prisionero. Así nos lo contaba Fernando Múgica Goñi:
Ellos (las Fuerzas de Seguridad)… No saben quiénes van a ser los culpables hasta, primero, la semana en que aparece el análisis oficial de la furgoneta Kangoo que, como sabes, fue el veintitantos de marzo, y después salen las fotos en los periódicos. Ahí sí, ahí dicen: estos van a ser los malos. Ahí los han seleccionado, y alguien dice: “Pues si tú metes a éste, yo meto a mi radical El Tunecino”. Y el CNI dice: “Si tú metes al radical El Tunecino yo meto a Lamari”. ¡Fíjate por dónde!, y empiezan unas discusiones entre ellos brutales. Y al final dicen: “¡Bueno! ¡Consenso! ¡Estos son los malos!”. Y entonces salen en los periódicos…
¿A partir de aquí? Las detenciones del tendero Zougam, los asturianos y los malvados del inicio de este relato: Leganés.
Para seguir llevándoselo “crudo” no hay como tener una población golpeada, asustada y sumisa
Y como fin de este largo texto, aunque creo que aleccionador, otra píldora del bueno de Ignacio López Bru:
Ése es el panorama. A esto hemos llegado. Golpe a golpe. Y que nadie se extrañe si a la vuelta de la esquina nos sorprenden con otro. Quien hace un cesto hace ciento. Para seguir llevándoselo “crudo” no hay como tener una población golpeada, asustada y sumisa. En nuestras manos está impedir que la Historia de España se escriba a costa de los españoles.
[1] Según Ignacio del Burgo, en esta ciudad el CNI reconocía la presencia de Lamari, peligroso terrorista islámico proscrito de la Seguridad del Estado al que sin embargo tenían perfectamente localizado allí.
Cultura
El Magreb en el Cretácico: una pesadilla de carnívoros gigantescos

Terror cretácico en la selva y el manglar y un nuevo juego de mesa basado en la época de los dinosaurios
Está a la venta o nuevo juego de mesa basado en la época de los dinosaurios. En concreto, la última etapa de ese largo reinado de estos animales monstruosos y en concreto un lugar: lo que hoy es el norte de África, el Magreb. Un paisaje muy diferente al actual, con selvas enormes y ríos muy caudalosos les queda aún la cicatriz de su paso por lo que hoy es un auténtico secarral.
El Sáhara en el periodo Cretácico
Parece increíble que hace solo 7.000 años, que en Historia Natural es un suspiro, los antepasados cazaran y recolectaran por allí en medio de una gran abundancia. Estamos hablando de que en el corazón del Sahel se localizaba un lago del tamaño de España entera. Un vergel que hoy, por desgracia, está prácticamente desaparecido. Sin embargo, hace millones de años, esa exuberancia vegetal y de fauna era mucho mayor. Con especies animales tan grandes como no han pisado la Tierra, ni antes ni después: los dinosaurios herbívoros y carnívoros más gigantescos de toda la Historia. Hasta tal punto que se ha descrito esta zona del Sahara, en el periodo Cretácico, como el lugar más peligroso que jamás ha existido.
Cerca de casa tuvimos el carcharodontosaurio del Sáhara
Todos los que hemos visto Jurassic Park nos hacemos una idea de las proporciones de estos enormes animales, pero, ¿podéis imaginar, incluso, un depredador más grande y poderoso que el tiranosaurio rex? Pues cerca de casa tuvimos el carcharodontosaurio del Sáhara, un depredador bípedo muy similar al tiranosaurio más conocido, pero de una corpulencia aún mayor. Una bestia feroz que recorría lo que hoy es desierto, en busca de los grandes herbívoros que le servían de comida, inclusive los indescriptiblemente grandes titanosaurios: monstruosos dinosaurios de cuello largo, con colas que eran como látigos gigantes y patas como columnas. Unas bestias que no pudieron comer otra cosa que toneladas y toneladas de hojas de árbol. Esos árboles que hace tiempo que pasaron a mejor vida en el Sáhara.
Depredadores más pequeños que el carcharodontosaurio, pero igualmente feroces
Y había un montón de depredadores más pequeños que el carcharodontosaurio, pero igualmente feroces y eficaces cazadores. De hecho, en la vecina Península Ibérica, por aquel mismo tiempo, pisaba las llanuras y bosques de nuestra tierra un auténtico gigante carnívoro como era el concavenator corcovatus. Una especie de tiranosaurio mucho más ligero y con una curiosa vela o joroba a la espalda. Pero el Norte de África es un muestrario interminable de este tipo de depredadores y de sus presas. Inclusive con otro dinosaurio que aparece en Jurassic Park, tan terrorífico como el tiranosaurio rex, y que es el probablemente ribereño espinosaurio. Un gran depredador al que se atribuye un comportamiento de pescador o carroñero. Con unas proporciones que superaban incluso a estos gigantescos devoradores de carne.
Nuevo juego de mesa sobre dinosaurios
El cocodrilo más grande y seguramente más feroz: el sarcosuchus
Y para terminar el cuadro terrorífico, aunque es largo de contar todo lo que se está descubriendo en Marruecos, Argelia, Níger y otros países del Magreb, tenemos al cocodrilo más grande y seguramente más feroz que ha surcado jamás río alguno. El sarcosuchus. Un cocodrilo prehistórico muy parecido en su fisonomía a los actuales, pero de unas proporciones que no van a la zaga de estos grandes monstruos comedores de carne. Un voraz reptil que, al igual que otros congéneres anteriores y posteriores, se atrevía a morder absolutamente todo lo que encontraba a su paso. Y es muy probable que incluso los tiranosaurios tuvieran miedo de ser arrastrados a las turbias aguas en que estos animales se daban sus festines.
¿Os imagináis una serpiente tan grande como la que aparece en Conan el Bárbaro?
Por aquel entonces, para no dejarme ningún monstruito en la recámara, África y América del Sur formaban parte de un único supercontinente, llamado Gondswana, del cual también formaron parte la India o la Antártida. Por lo tanto, es muy probable que la titanoboa o alguno de sus parientes viviese también en esta misma zona de la que estamos hablando. La serpiente más grande jamás descubierta hasta ahora, de cuya existencia tenemos noticias por vértebras fósiles que se han encontrado en la zona del Amazonas, que en estas épocas tan antiguas mantenía nexos de unión con el continente africano. ¿Os imagináis una serpiente tan grande como la que aparece en Conan el Bárbaro? Pues esto era muy real en este tiempo del que estamos hablando, la última época de los dinosaurios, justo antes del meteorito, cuando alcanzaron su mayor desarrollo y una variedad de especies nunca antes conocida.
Búsqueda de dinosaurios en el Kem Kem
Y a alguien estará diciendo: pero, ¿qué pasa con los raptor? Esos temibles protagonistas de Jurassic Park que son característicos, también, de esta época final de los dinosaurios, y cuyas especies locales también pululaban por esta primitiva región norteafricana. Y no dudemos en que el futuro nos va a deparar más sorpresas, porque los paleontólogos están encontrando más especies cada semana, por todo el mundo, pero también aquí. Y esperemos que puedan seguir adelante con sus prometedores trabajos de búsqueda de dinosaurios en el Kem Kem y otras zonas afortunadas en fósiles en fósiles, en esas profundidades del desierto norteafricano.
Hasta aquí llega este artículo y por si a alguien le interesa este nuevo juego de mesa basado en la época de los dinosaurios, precisamente en el Cretácico norteafricano, me pueden escribir a [email protected] y se lo enviaré a casa. Hasta pronto.
Aragón
Los últimos días de La Olmeda: un cuento sobre el final de la villa romana palentina

Cómo sería la vida diaria en la villa romana de La Olmeda
Es un relato sobre cómo sería la vida diaria en la villa romana de La Olmeda en sus últimos años, cuando muchos peligros amenazaban directamente ese cosmos social previo a la invasión de los bárbaros. Un sistema de castas en el cual estaban los minoritarios millonarios y toda una gran mayoría social que les servían, casi sin poseer nada porque yo. En definitiva, lo mismo que quiere ahora traer el Nuevo Orden Mundial.
Los últimos días de La Olmeda: un homenaje al clásico Los últimos días de Pompeya
En el libro hago constantes referencias a lo que podría ser nuestro modo de vida y temores actuales. Sin ir más lejos, el propio título del libro ya nos habla de un volcán a punto de estallar, como homenaje a un clásico que tanto me gustó cuando era pequeño y que es Los últimos días de Pompeya. Un libro que conservo aún de mi bisabuelo, Jesús Rodríguez Reinos, quien por cierto tuvo participación en el descubrimiento de las tumbas de los Condes de Carrión, en el monasterio de San Zoilo tan cercano a La Olmeda. Un tema volcánico que tanto está de moda hoy en día y no creo que sea el único que tiene miedo de que las teorías catastrofistas del Nuevo Orden Mundial se cumplan con toda intensidad con este volcán de La Palma y ese anuncio con preaviso de 10 años de un mega tsunami que arrasaría todo el Atlántico Norte. Un asunto para el que incluso habría fecha concreta: el 9 de noviembre.
Ilustración de José Ramón Almeida Olmedo
Una de la lucha entre hermanos por la herencia
El tema de las familias y las herencias siempre me ha llamado mucho la atención. En el caso de Los últimos días de La Olmeda, asistimos al espectáculo de unos jóvenes herederos que no están del todo de acuerdo en el reparto: por qué el primogénito legítimo tenía derecho a heredar todo y los demás debían conformarse con ser sus empleados. Definitivamente no era justo y es un drama que se ha repetido a lo largo de todas las épocas, pero que tiene su lógica en que las fortunas de antes eran de terratenientes que no querían dividir que se llamaba el mayorazgo. Y por eso sólo podía heredar el primogénito varón, lo que hasta hace poco se conoció en Cangas de Narcea como el meirazu.
El anterior señor de la Villa romana de La Olmeda: un gran terrateniente, general y mujeriego
En este relato, además, se da la circunstancia de que el anterior señor de la villa romana de La Olmeda era un gran terrateniente y general, pero también un grandísimo mujeriego que engendró al menos un hijo fuera del matrimonio que será muy importante en la historia. Un joven de grandes cualidades que no va a acertar el orden establecido y que su hermanastro se convierta en su patrón, por lo que decide lanzarse al monte junto a los que quisieron seguirle y formar su propia bagauda local, es decir, su propia milicia de pueblo. Y desde los montes apartados, en torno a la Casa, se dedicará a hacerle la guerra a su hermano y también a otros terratenientes, por lo que todos éstos le pondrán precio a su cabeza.
Los cronistas de la época nos hablan de una gran multitud de cadáveres
También hay otros factores que se encuentran en el relato muy de actualidad. El asunto de las desigualdades sociales, por ejemplo, cada vez más marcadas con el avance de las medidas supuestamente sanitarias y políticas, pero que van en contra de toda lógica si queremos pensar en el bien común. Y me refiero a todos estos impuestos y la velas e incluso a las descaradas interferencias del poder en el tráfico mundial de todo tipo de víveres, equipos y fuentes de energía. Todo esto recuerda un poco al caos social y de seguridad que se vivía en los finales del Imperio Romano, cuando la Villa de La Olmeda sin duda vio su final. De hecho, los cronistas de la época nos hablan de una gran multitud de cadáveres por todas partes, sin duda más causados por las hambrunas que producían los saqueos que por la violencia de los bárbaros.
Una decadencia total con guerras civiles entre los romanos
Porque la entrada de los bárbaros sólo fue un síntoma más de una decadencia total en la cual había guerras civiles entre romanos, una economía hundida por la inseguridad los caminos y en definitiva una auténtica autarquía, en la cual los más ricos se independizaron del todo y de todo, con las consecuencias que eso trajo para toda la sociedad. El descuidar las fronteras fue sólo la consecuencia lógica y directa de todo esto y los bárbaros de hecho entraron como invitados de los distintos bandos en lucha. Algo que sucedió más tarde con los moros y los godos, algunos de los cuales dejaron pasar a los vecinos norteafricanos. Y qué sucede ahora con el descontrol total que vivimos en las fronteras de Europa y todo Occidente. Una anarquía que pronto pagaremos todos.
Las bagaudas: antecedentes de lo que podrían ser las guerrillas actuales
Y tenemos el asunto de las bagaudas, que no eran otra cosa que guerrillas formadas por los antecesores hispanos y galos de los bandoleros. Unas bandas de descontentos lanzados al monte que desafiaron al orden establecido hasta el punto de formar auténticos ejércitos populares, que llegaron a tomar localidades tan importantes como Tarazona. Y no se cortaba en un pelo a la hora de ejecutar a quién se pusiera de frente, como ocurrió en esta ciudad, en la cual llegaron a ejecutar al obispo y a toda la guarnición. Otro antecedente de lo que podrían ser las guerrillas actuales en tantos países como ha sido España durante siglos.
Prisciliano: ese iluminado gallego que tuvo mucho éxito en todo el Imperio
También hay que pensar que, al igual que las ideologías han sido causa de luchas y debates apasionados, los movimientos religiosos de finales del Imperio fueron igualmente inspiradores para esas generaciones. Y no sólo hablo del cristianismo oficial de Roma, sino también de las distintas herejías cristianas que empezaron a extenderse por todas partes. Y una fue por ejemplo el priscilianismo, derivadas de las predicaciones de un iluminado gallego que tuvo mucho éxito en todo el Imperio durante siglos. Una desviación del cristianismo original que combatió otro gallego muy famoso, Hidacio, ambos como protagonistas de una lucha a muerte por los corazones y las mentes de sus coetáneos.
Los últimos días de La Olmeda: una historia del pasado para pensar en el presente
Hay muchos simbolismos en este cuento
Esa herencia de repartir de la que se habla en el relato y que no es otra que la casa y sus propiedades, con sus tierras y servidores, no es otra cosa que la nación española. Y los señores serían la casta gente que debe tomar las decisiones que nos afectan a todos, pero que bien su supremacía desafiada por unas bagaudas que no son sino potenciales aspirantes a sustituir les en el poder. No hay tanto romanticismo en esas guerrillas como no lo hay en las de hoy en día.
Los últimos días de La Olmeda retrata un modelo de sociedad resquebrajado y que está a punto de estallar, tan solo a falta de una chispa que lo detone todo y que es la erupción de un usurpador contrario al español César de entonces y sus apoyos en la Península. Una guerra civil que servirá para poner contra las cuerdas a ese sistema de castas, con la Villa de La Olmeda como símbolo de ese poder.
Para todos los interesados en el libro, no dudéis en escribirme a [email protected]. Hasta pronto.
Cantabria
Los últimos de La Olmeda: un cuento sobre la Villa Romana de La Olmeda (VRO)

Se trata de uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes de toda la historia de España
El yacimiento de la villa de La Olmeda es uno de los principales centros turísticos de Castilla y León, que ya es decir, con una investigación continua que abarca más de 50 años ya, pero que apenas ha empezado a descubrir tantos misterios como encierran estas ruinas. Un conjunto palaciego del esplendor del Imperio Romano en España, abandonado seguramente en el desorden y anarquía de la caída de dicho Imperio. Y con deciros que tenía casi 5 km cuadrados de mosaicos en el suelo de toda la casa, sólo en la planta baja, de los cuales un kilómetro y medio cuadrados corresponden a los baños, creo que nos hacemos una idea de la elevada posición económica de estos millonarios palentinos de hace 1.700 años.
Ahora un servidor, Miguel de Cervera, he publicado un libro titulado Los últimos días de La Olmeda. Un homenaje a todas las personas que vivieron en esta apasionante casa romana de hace 2.000-1.600 años, pero también a la aplicación cotidiana de la filosofía (Séneca, Epícteto, Marcial). Un libro que podéis conseguir en mi correo: [email protected].
Uno de los más grandes y mejor conservados mosaicos del mundo romano
Lo más curioso de este yacimiento es que tengamos las fotos de los moradores, pero no sus nombres. ¿Qué quiero decir con esto? El mosaico principal del salón principal de la casa, uno de los más grandes y mejor conservados mosaicos del mundo romano, ha perpetuado a lo largo de los siglos la memoria de los más que probables moradores. Unos ricos propietarios cuya familia entera se mandó retratar, alrededor de la escena central del mosaico, como si fuera un álbum de fotos de los más originales que se han visto.
Un mosaico enorme que parece contener los principales intereses de esta familia de forrados de finales del Imperio Romano: son unas muy bellas escenas de caza, mitología griega y también, lo más curioso de todo, lo que parece ser un álbum de fotos familiar, impreso en el suelo del salón principal de la casa.
El misterio de los habitantes de la villa romana de La Olmeda
Poco sabemos de la identidad de estos ricos propietarios, que no dejarían de ser unos de tantos potentados como se repartían por todo lo que luego se llamó la Tierra de Campos. Auténticas dinastías de terratenientes autóctonos que sin duda mantendrían nexos directos con el poder imperial. No en vano, los últimos emperadores de Roma tuvieron origen español, siendo comúnmente conocidos como la dinastía teodosiana. En concreto, el último gran César, Teodosio el Grande, era originario de Coca, en Segovia. Fue el último gran Emperador y su hijo, Honorio, el último de todos. El que vivió el saqueo de Roma por los godos hasta el secuestro de su hermana, Gala Placidia, por parte del caudillo Alarico.
En esos días finales del Imperio se desarrolla este drama de Los últimos de La Olmeda, en un paralelismo que quiero hacer con precisamente esos otros dos grandes dramas que todo el mundo en esa época conocía: la erupción del Vesubio y la legendaria guerra de Troya. Porque la historia de Troya y sus héroes está muy presente en la casa de La Olmeda, siendo el motivo principal del mosaico del salón VIP nada menos que la historia de Aquiles en el Palacio de la Isla de Skiros. Para mí una de las más bellas imágenes de todo el arte de todo el Imperio Romano y que demuestra, una vez más, la habilidad y buen gusto de los artesanos y artistas castellanos de toda la vida.
El drama del final de la Villa de La Olmeda
El drama que debió acompañar el final de la villa de La Olmeda fue el de la guerra y el caos que acompañaron los últimos días de los romanos del Imperio. Como todos sabemos, a las invasiones bárbaras se unía la galopante corrupción estatal, que desembocaba en frecuentes guerras civiles. Casi el menor de los problemas era la propia invasión de los bárbaros que, como dijo un famoso almirante español, siempre necesitan de traidores que les abran las puertas.
Las cosas estuvieron muy revueltas en estos tiempos, hasta el punto de que la propia nobleza hispanorromana tuvo que movilizar un ejército propio y dirigirse a los Pirineos para contener la invasión de un usurpador al trono imperial. Y esto es uno de los principales hitos de la historia contada en el libro, pues es de suponer que todos los terratenientes unirán sus fuerzas en este momento para defender su fortuna. Una gran alianza común frente a una dinastía de usurpadores que querían desafiar el poder de un César español como ellos y al que probablemente estaban unidos por estrechos vínculos. Es lo que se llamaba el clan Teodosiano.
En el relato de Los últimos de La Olmeda veremos cómo los terratenientes de esta zona palentina, inclusive el señor de La Olmeda, se preparan para esta batalla definitiva por el futuro del imperio y su propia fortuna personal.
Las personas libres vivían peor que los esclavos de otros tiempos
Uno de los desafíos a la hora de escribir el libro para mí ha sido la complejidad de las relaciones sociales en esta época. Porque no estamos ya en el Imperio Romano que todos más o menos conocemos, sino en el final de éste. Con una parecida estratificación de la sociedad en castas, pero no ya de la manera tradicional que conocíamos con esclavos, personas libres y pobres y a continuación, en la eterna casta privilegiada de todos los tiempos, los ricos propietarios. En estos tiempos del final del Imperio Romano nos acercamos a la feudalización del territorio y de la sociedad, con un aumento notable de las diferencias sociales. Y aunque el número de esclavos se había reducido, por la influencia humanista del cristianismo, la realidad pura y dura era que las personas libres vivían peor que los esclavos de otros tiempos.
Un auténtico palacio digno de un César
Esto era el efecto inmediato de la ruralización de la sociedad romana, que paso de ser muy urbanizada a todo lo contrario: los ricos escaparon de los centros urbanos, donde estaban más obligados a pagar impuestos y a servir en el Ejército, pasando a vivir en sus más ricas propiedades del campo, como era el caso de la villa de La Olmeda. Un auténtico palacio digno de un César como tantos había en esta época, todavía dorada, de la historia de Roma, pero que no dejaba de ser un signo evidente de su definitiva decadencia. Todo esto nos puede recordar bastante a los tiempos actuales. Este sálvese quien pueda que ha traído el Nuevo Orden Mundial al mundo entero.
Los bagaudas: bandas de desheredados dedicados al bandidaje
Los personajes de Los últimos días de La Olmeda representan un poco esas castas sociales que había en la época. Desde la familia de los propietarios a la multitud de esclavos y colonos que constituían la base social de la época. Todos ellos unidos en el destino de un mismo barco que es la Villa de La Olmeda. Todos sufriendo la incertidumbre y penalidades de esos días de anarquía que fueron los últimos del Imperio Romano en España. Inclusive con el problema añadido de las bagaudas, que eran bandas de desheredados que se echaban al monte para dedicarse al bandidaje. Y precisamente el caudillo de una de estas bandas de forajidos es el hermano ilegítimo del dueño de la villa de La Olmeda, en el relato, por lo que el culebrón está servido desde el principio.
El eterno problema de los millonarios y sus hijos ilegítimos
Ese jefe de los bandoleros desciende en efecto del antiguo señor de La Olmeda, al que le he dado la identidad del General Asturio. Un personaje que fue real, tal vez de origen asturiano, aunque sin duda un poco posterior a los hechos que se narran en el relato. Pues bien, este forajido, bastardo del anterior propietario de la villa, era por tanto hermanastro de los propietarios actuales de la hacienda en el relato. Tenían un padre en común que era ese General Asturio, al que hago protagonista de la lucha contra cántabros, astures y vascones. Por lo tanto, este hijo rebelde del anterior patrón de La Olmeda, al que doy el nombre de Liberato, se enfrenta a su propio hermanastro y el ejército privado de éste y otros terratenientes, en espera de su momento de golpear.
Los propietarios de la villa de La Olmeda: señores que hacían con sus vasallos lo que querían
Hay otro nexo en común entre este personaje, jefe de los bagaudas, y la familia de propietarios de la villa de La Olmeda: un servidor de la casa al que llaman Cazador, por su profesión habitual, que es a su vez hermanastro del bandolero “de sangre real”.
Un fiel empleado de la Casa que se debate entre la fidelidad a su patrón, su temor a que su hermanastro sea cazado como una bestia y, también, su amor por la hermana del jefe, Serena. Una historia familiar y de amor que puede parecer un poco rocambolesca, pero no tanto si atendemos la complicada realidad social de esos tiempos. Con señores que hacían con sus vasallos lo que querían, inclusive muchísimos hijos ilegítimos que luego serían desposeídos de todo, podían convertir precisamente en los peores enemigos de sus propias casas.
Superioridad cultural de las personas que gobernaban estas villas
La superioridad cultural de las personas que gobernaban esas casas privilegiadas y de la élite de servidores que les ayudaban, en las tareas administrativas, constituiría sin duda una de las bases de ese poder y de esa pirámide social. Los ricos tenían acceso a un solo a todas las propiedades el tiempo libre que no tenían sus numerosos servidores, pero también a una elevada formación que sólo la élite podía permitirse en un mundo de abuso y trabajo duro, incluso para los más pequeños.
En el libro veremos muchas referencias textuales a Séneca y Epicteto, entre otros filósofos, pues estamos en un tiempo en que las humanidades serían como algo natural. Cotidiano. No covidiano, como ahora, cuando lo que vivimos como algo natural para tomar las decisiones diarias es la basura que vomitan cada día los medios de comunicación. También hay muchas referencias a un gran escritor satírico de principios del Imperio Romano como fue Marcial de Bilbilis, un cachondo mental procedente de Calatayud que hacía las delicias de los romanos de su tiempo como puede hacerlas hoy con nosotros.
Los divertidos poemas de Marcial de Bilbilis
Si hay algo que caracteriza el libro son las constantes referencias a los divertidos poemas de Marcial de Bílbilis, un creativo satírico de principios de Imperio Romano que ha sido alguna de las grandes glorias de la humanidad. Y Marcial fue un poco el que puso la nota divertida a generaciones de romanos desde entonces, cuando incluso hoy son súper divertidas sus composiciones. Y yo las intento aplicar un poco a la historia de la Villa de La Olmeda y estos personajes ficticios.
La elegancia y buen gusto de los mosaicos parecen indicar la existencia de esa clase ilustrada que sin duda alguna mataría el tiempo con la lectura de cuentos y poemas, claro está, cuando no se encontraban de cacería. Su gran pasatiempo por excelencia. Y en la obra he hecho mucho hincapié en todas estas distracciones para una clase dirigente, que tenía a todo un ejército de empleados a su servicio y se encontraban demasiado lejos de cualquier sitio. Demasiado aislados.
Palacios con muchas comodidades, pero pocas distracciones
En estos tiempos de ruralización de la sociedad, lo mismo que había compañías errantes de constructores de catedrales, en la Edad Media, también las había de constructores de estos palacios y hasta de artesanos que hacían los mosaicos. Y podemos también pensar que había compañías errantes de danzantes, proto juglares y otros profesionales que se dedicaban al entretenimiento de estas clases adineradas. De hecho, sabemos que estas élites sociales pasaban un gran aburrimiento, por lo general, al estar situados lejos de teatros, circos y anfiteatros, así como todo el entretenimiento que podían tener en grandes ciudades como Mérida, Zaragoza y hasta las más pequeñas urbes. Centros urbanos emplazados, no obstante, bastante lejos, por lo general, de las villas rurales.
Y tenemos constancia directa de esta nostalgia de las clases más altas de la sociedad por los entretenimientos de dichas ciudades, por ejemplo, en la abundante correspondencia que se ha conservado en los puestos fronterizos del norte de Inglaterra. En concreto, las cartas de la esposa de un general que se encontraba allí destinado, más aburrida que una ostra de tanto aguantar la barbarie de la frontera.
El aislamiento de los propietarios de la villa de la Olmeda era autoimpuesto
En este caso, sin embargo, el aislamiento de los propietarios de la villa de La Olmeda era auto impuesto por esas propias clases adineradas, que buscan así escapar de las obligaciones fiscales y militares. Y en el campo estaban más lejos de la acción del Estado, pero también se aburrían como ostras, rodeados siempre por la misma multitud de aldeanos y sin apenas infraestructura. Era el precio a pagar por la decisión de aislarse de los problemas del Estado en general, pero esto no va a suponer un retiro indefinido para nadie. Como comentábamos antes, llego un momento de tanta anarquía y tanto peligro, en las fronteras del Imperio, que esos terratenientes no tienen otro remedio que formar ellos mismos un gran ejército y lanzarse a la pelea por la defensa común de sus aisladas propiedades. ¿Serían capaces estos terratenientes de vencer a tantos enemigos y bárbaros a la vez que contenían a las clases oprimidas por ellos mismos? Éste es en definitiva el trasfondo del relato de Los últimos de La Olmeda.
Los propietarios de la villa de La Olmeda desaparecieron sin dejar rastro
Lo que si podemos adelantar es la moraleja de toda esta historia y es que los propietarios de la villa de La Olmeda, por más ricos que fueran y hasta se mandasen retratar, en el suelo de su propia casa, han desaparecido hasta de las páginas de la historia. Toda su fortuna se fue y hasta la identidad de esas personas, pese a su empeño por pasar a la inmortalidad, por lo que se cumple eso de que todos somos polvo y al polvo volveremos.