Opinión

Es una troupe, no un Gobierno

Published

on

¡Comparte esta publicación!

Mascarada es el término que les dibuja y la de troupe de comediantes, de circo, de cómicos y payasos malos, sin otra apelación posible que la de que son la prueba de que lo legal, ni es legítimo per se, ni bueno para nadie porque sí, que no sea para devengar una pensión o viajar gratis en clase prime-prime, haciendo de que se es lo que no se es y que donde las dan las toman y que la pura ambición no conduce a ningún sitio que no sea colarse en calidad de trampantojo y cosas de esas y al final un ridículo esperpéntico.

Es purita farsa y chichinabo que permite contemplar el cartón que les fundamenta –trapos y fajina al decir de Quevedo- y la falsedad de sus capacidades, tanto como su incompetencia manifiesta y manifestada a más no poder.

Como a los pepones malos, a los muñecos baratos de mala factura que carecen de cualquier calidad que les haga viables o apreciables, se les cae el pelo –el de la dehesa permanece incólume quieras que no- y suenan a suplantación, a usurpación bolchevique, además de a “reina por un día” –“quítate tú para ponerme yo y hágase la foto para la Historia”- y van , encima, revestidos de un gesto osco, de una pintura mala y desportillada propia de una reivindicación que no les corresponde –lo saben- y lo que en el fondo hace que inspiren pena, sí, pena negra, e incluso ternura si nos dejamos llevar por la hembra –la madre- que llevamos dentro en los genomas (XY), si no fuese por el peligro que representan por lo de la carga hueca y el odio africano que destilan en su retorcimiento y que se transluce en sus miradas de incapacidad permanente absoluta, tirando a gran invalidez.

No les sale una a derechas, resuena el vacío de los rebotes en la distancia y gracias a Dios el pueblo soberano les cala, les guipa en el volatín sucesivo y los jeribeques que dibujan en el vacío y toma nota y lo interioriza antes de salir a la puerta a abrir al de las encuestas que lo trae calentito y al que le cuenta lo contrario de lo que se piensa y tan terne.

Advertisement

Hacen bueno eso de que donde no hay gato los ratones hacen fiesta y fiesta rápida en este caso y a lo que cueste, aunque se lleven por delante a la bella Letizia, porque les diga quién quiera que les diga desde el CIS, desde Correos o desde la consejería áulica –o cocinita de campaña- de Iván Redondo Bacaicoa, o incluso ¿por qué no? sus propias abuelas Valentinas, saben que el tiempo se les termina, la happy hour del sorteo infrarrojo, y quieren cagarlo, y bien cagado, todo antes de que sea tarde ¿verdahíjo? y les quedan las paredes aún y los techos, que llevan tiempo y mucha mano de obra. Así que ¡Ojo! Que esto no ha terminado y puede terminar mal. Mientras: ni sirvas a quién sirvió, ni ames a quién amó.

 

Escriba una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Salir de la versión móvil