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Nuestros mayores se preguntaban si volveríamos a ver a los españoles cazando gatos y palomas para poder comer. La devastadora situación económica que está causando el coronavirus apuntaría a que sí. Eso al menos es lo que sostiene el empresario catalán Gerard Bellalta, quien hoy ha asegurado que palomas y gatos están desapareciendo de las calles de municipios catalanes.
Advierte que los servicios de reparto de alimentos están desbordados y no dan abasto para satisfacer las demandas alimenticias de los miles de catalanes sin ningún recurso. «Muchos se han tenido que echar a la calle a echar mano de lo que ven», denuncia. Apunta que palomas y gatos serían los principales objetivos para suplir la falta de comida, según denuncias aparecidas en redes sociales y cuya veracidad dice haber comprobado. «Cualquiera puede comprobar la desaparición de estos animales que sobrevivían en nuestras calles».
Alude en este sentido al robo de palomas esta semana en Santa Coloma de Gramenet y diversos municipios del Área Metropolitana, según ha informado la propia policía autonómica.
A Bellalta le aterra pensar en los efectos económicos de la pandemia en Cataluña. «Hay un sector amplio de la población catalana completamente lumperizado. Esa gente carece de ingresos mínimos y son una bomba de relojería a punto de detonar», subraya.
Cree por último que estamos en el primer escalón de la crisis. «El horizonte es atroz. En el barrio del Raval la gente ya pasa hambre. Al Estado se le están acabando los recursos para alimentar a tanta gente y me temo que la conflictividad social es inevitable», apostilla.
