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Sociedad

«Crónica de un Occidente enfermo», nuevo libro de Max Romano

Redacción

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Max Romano.- Estimados lectores, intentaré presentarles en pocas líneas este libro que es mi segundo en solitario, después de Azotes de nuestro tiempo, para que ustedes decidan comprarlo o no comprarlo, recomendarlo a los amigos o maldecirlo, o simplemente encogerse de hombros.

El mismo título es una declaración de intenciones y pretende simplemente llamar a las cosas por su nombre, algo de lo que hoy en día tenemos una desesperada necesidad. Esta obra, “crisol heterogéneo, batiburrillo fastuoso, agudo caleidoscopio sociológico” en palabras de un amigo, recoge las reflexiones del Oso Solitario, imaginario observador de la realidad del mundo occidental, que durante largos y pacientes años las ha compilado cumpliendo un, igualmente imaginario, encargo de cronista e informador.

Oso puede ser solitario, pero no estúpido ni ciego a cuanto le rodea. Percibe agudamente, dolorosamente, alrededor de él y a veces también dentro de él mismo, los signos de la enfermedad; las líneas de necrosis espiritual que hieden y supuran, y resaltan con creciente claridad en medio del “batiburrillo fastuoso” de estas Crónicas.

¿Pero cuáles son estas líneas? ¿De qué habla exactamente este libro?

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Habla del odio contra el hombre blanco sexualmente normal. De la guerra sin cuartel contra la masculinidad y contra la figura paterna en particular. De la negación de la biología humana y de la polaridad sexual como principio de vida. De la necia e inmoral igualdad de género, del fanatismo igualitario en general. De la obsesión enfermiza por encuadrarlo todo, medirlo todo y controlarlo todo. De la hostilidad contra la excelencia, de la fortísima voluntad de degradación, del escarnio de cualquier ideal superior. De las políticas deliberadas de sustitución étnica en Europa y de genocidio cultural, falsamente presentadas como un destino inevitable. De la actitud de desprecio e incomprensión hacia el propio pasado, del rechazo hacia la propia cultura y tradición. De la construcción, en nombre de la libertad, de un sistema de conformismo obligado y represión de las ideas.

Finalmente, como telón de fondo y condición necesaria para que todo lo anterior sea posible, también de la enorme decadencia intelectual, cultural y moral que ha hecho posible una impresionante inundación de ideas ineptas y tendencias aberrantes.

Un libro que levanta las pequeñas piedras para revelar debajo de ellas nidos de gusanos y agujeros de serpientes de una inesperada profundidad, que arranca los falsos decorados para mostrar las zonas de putrefacción que hay detrás de ellos.

Un libro que narra historias racistas y antirracistas, historias de ordinaria degeneración, episodios ridículos y episodios trágicos, crónica cotidiana. Pero también habla de libros, películas y autores, en un caos aparente que irá tomando sentido poco a poco.

Todo esto son las «Crónicas de un Occidente enfermo», apuntes heterogéneos sobre la enfermedad de nuestra sociedad y el mal profundo del tiempo en que vivimos.

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NOTA BIOGRÁFICA

Max Romano nace en Madrid en 1969. Inclinado hacia los estudios científicos termina su formación en Italia, país donde residirá muchos años dedicado a la enseñanza. Regresa posteriormente a España para comenzar una nueva carrera profesional en el sector industrial. Tras un largo período de evolución personal y observación atenta de la sociedad que le rodea, comienza a escribir para defender activamente su visión del mundo.

Ha sido colaborador habitual de la revista patriota Verbo y Acción y ha participado en el programa radiofónico Más que Palabras. Es coautor del libro Exiliados del Sistema (2015) en colaboración con Lucio Peñacoba y Antonio de la Peña, colección de ensayos breves sobre temas sociales, históricos y políticos. En 2017 ha publicado su primera obra en solitario, Azotes de Nuestro Tiempo. Está casado y tiene dos hijas.

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Sociedad

¿Duermes una noche cerca del aeropuerto de Valencia? Descubre qué planes hacer

Redacción

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Si vas a disfrutar de una noche cerca del aeropuerto de Valencia te recomendamos sacarle el máximo jugo a esa noche. Es verdad que te podrías quedar en el hotel, pero es un plan muy aburrido. Nosotros te vamos a mostrar algunas ideas para que puedas sacarle el máximo jugo a la ciudad durante esa pequeña estancia.

Cena con encanto

Pasar la noche en Manises se convierte en una grata experiencia si aprovechas su variada oferta culinaria. Aunque es una localidad conocida por la cerámica, también sorprende por sus propuestas gastronómicas. En sus calles se encuentran bares tradicionales donde probar recetas típicas de la zona, como el all i pebre o las clóchinas al vapor. Estas especialidades dan un toque único a cualquier velada y permiten disfrutar de sabores auténticos sin salir del municipio.

En zonas como la calle Ramón y Cajal o cerca de la avenida de Blasco Ibáñez, hay restaurantes con encanto que suelen mantenerse abiertos hasta altas horas. Sus terrazas resultan ideales para cenar al aire libre, sobre todo gracias al clima suave que acompaña buena parte del año. Para quienes desean algo diferente, también hay sitios con platos internacionales que aportan un aire cosmopolita a la experiencia.

Si cuentas con coche, puedes acercarte fácilmente a localidades cercanas como Paterna o Quart de Poblet. En pocos minutos, estarás frente a una oferta más amplia, donde predominan propuestas modernas y espacios de ambiente más urbano. En definitiva, Manises y sus alrededores son una excelente opción para quienes disfrutan de la buena mesa en entornos acogedores.

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Ligar con chicas en Valencia

Si te interesa conocer gente nueva y hacer que tu paso por Valencia sea más que una simple noche de hotel, tienes alternativas muy interesantes. A través de ValenciaCitas Manises podrás conocer a chicas realmente interesantes para disfrutar de una noche inolvidable. Esta plataforma local facilita encuentros discretos, espontáneos o incluso románticos según lo que estés buscando.

La cercanía con el aeropuerto hace que muchas personas que llegan a la ciudad por trabajo o turismo utilicen este tipo de servicios para romper la rutina y conectar con alguien especial, aunque solo sea por unas horas. También hay bares y pubs donde el ambiente es relajado y abierto al diálogo, perfectos para quienes prefieren ligar a la vieja usanza. Un ejemplo es el pub Tirant lo Blanc o algunos locales del polígono del Aeropuerto, donde muchos trabajadores de la zona se reúnen al acabar la jornada.

Sea cual sea tu estilo, pasar una noche cerca del aeropuerto no significa estar desconectado del mundo. Al contrario, puede ser el punto de partida para nuevas historias.

Disfruta de las instalaciones del hotel

Si quieres aprovechar tu tiempo para desconectar por completo, varios hoteles cercanos cuentan con espacios diseñados para el bienestar y la tranquilidad. Muchos de estos alojamientos próximos al aeropuerto disponen de piscinas al aire libre, áreas verdes y centros de spa donde puedes disfrutar de tratamientos relajantes y saunas que ayudan a eliminar el cansancio del viaje. Esto resulta ideal si estás en un viaje de trabajo y buscas recuperar energía antes de tu próxima cita o vuelo.

Un ejemplo es el hotel Tryp Valencia Azafata, situado a solo cinco minutos del aeropuerto, que ofrece piscina y restaurante para mayor comodidad. También hay hoteles más pequeños que brindan un ambiente íntimo y servicios dedicados a la relajación. Reservar un masaje o simplemente descansar en una tumbona al atardecer puede ser la manera perfecta de detener el ritmo acelerado y encontrar calma.

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Estos espacios están pensados para que puedas desconectar de la rutina y cuidar de ti mismo, haciendo que tu estancia sea mucho más placentera y revitalizante. Así, ya sea que viajes por placer o trabajo, tienes la opción de hacer de tu descanso algo especial y reparador.

Toma algo en un bar

Si quieres salir a divertirte o simplemente disfrutar de una bebida en buena compañía, cerca del aeropuerto hay varios sitios que animan las noches. No son grandes discotecas, pero sí bares con música, karaoke y coctelerías donde la gente local se siente cómoda. A veces hay shows en vivo o DJs que ponen ritmo, sobre todo los fines de semana.

En la avenida de la Generalitat y el polígono de Manises hay lugares que combinan cenas informales, bebidas y música. Con coche o taxi puedes ir a Campanar o Benimàmet, zonas con ambiente nocturno sin las multitudes del centro de Valencia.

Visita la zona antigua de Manises

Manises no solo funciona como un punto clave de transporte, sino que también conserva un aire tradicional muy especial. Su casco antiguo mantiene calles angostas, plazas serenas y construcciones que reflejan una historia ligada a la cerámica. Visitar el Museo de Cerámica es fundamental para entender el arte que ha hecho famoso al lugar a nivel mundial.

Al recorrer sus vías, encontrarás fachadas adornadas con azulejos, talleres artesanales y comercios con piezas exclusivas. La iglesia de San Juan Bautista es otro espacio que merece la pena visitar, o simplemente disfrutar de las plazas con jardines. La vida aquí transcurre con calma, ideal para pasear sin apuro.

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Para quienes buscan actividad, el parque El Salt de l’Aigua ofrece un espacio natural ideal para correr o caminar tranquilamente al atardecer.

Haz planes con toques atrevidos

Para quienes buscan algo fuera de lo común, Valencia ofrece también experiencias más atrevidas. Gracias a NochesDeTravesura.com hemos podido saber que cerca del aeropuerto hay discotecas donde sacar el lado más atrevido.

En las cercanías del aeropuerto se organizan fiestas privadas, encuentros en clubs selectos y cenas temáticas que mezclan erotismo, juego y curiosidad. Algunas de estas actividades están dirigidas a parejas, mientras que otras están pensadas para personas que viajan solas y quieren explorar nuevas sensaciones. Es una forma alternativa de pasar la noche, lejos del turismo convencional, pero que cada vez cuenta con más adeptos.

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