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Bill Gates ya avisó del coronavirus en 2015: «No estamos preparados para una epidemia global»

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Bill Gates cofundador de Microsoft y copresidente de la Fundación Bill y Melinda Gates, en 2019
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En el año 2015 el mundo estaba atravesando la peor parte de la terrible epidemia del virus ébola: un filovirus asesino procedente de murciélagos, transmitido por contacto directo y que llegó a matar a 11.325 personas en África occidental. Por entonces, exactamente el 18 de marzo de 2015, Bill Gates, magnate y cofundador de Microsoft, avisó: « No estamos preparados para una epidemia global».

Como fundador y copresidente de la Fundación Bill y Melinda Gates, enfocada en extender la cobertura sanitaria y reducir la pobreza extrema, contaba con información sobre lo ocurrido en la epidemia del ébola: «Lo que he aprendido es realmente aleccionador», escribió en « The New York Times». «Por muy horrible que haya sido esta epidemia, la próxima podría ser mucho peor. El mundo sencillamente no está preparado para lidiar con una enfermedad, como una gripe especialmente virulenta, que infecte a muchas personas muy rápidamente».

Aquella misma semana impartió una charla TED sobre el mismo tema y publicó un artículo en la página web de su fundación. Ya en 2018, cuando el mundo ya no estaba preocupado por la epidemia del ébola, escribió otro artículo más en « The New England Journal of Medicine» (NEJM) donde volvió a alertar sobre la falta de preparación ante las pandemias.

«Este error debería preocuparnos a todos, porque la historia nos ha enseñado que habrá una nueva pandemia mortal. No podemos predecir cuándo, pero teniendo en cuenta la constante emergencia de nuevos patógenos, el cada vez mayor riesgo de ataques bioterroristas y la mayor interconectividad de nuestro mundo, hay una probabilidad importante de que una gran y letal pandemia moderna ocurra durante nuestra vida».

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«La historia nos ha enseñado que habrá una nueva pandemia mortal»

En el artículo publicado en 2015 en «The New York times» le puso números a ese horror invisible: «De entre todas las cosas que podrían matar a más de 10 millones de personas en el mundo en los próximos años, de lejos las más probable es una epidemia».

No hay sistema de defensa

Gates avisó de que no hay suficiente capacidad para hacer frente a algo así: «Gran parte de la discusión sobre la respuesta al ébola ha sido si la OMS o los CDCs podrían haber respondido más eficazmente. (…) Pero el problema no es que el sistema no funcionase bien, el problema es que no tenemos ningún sistema».

En este sentido, indicó la necesidad de construir un sistema global de alerta y respuesta frente a epidemias: «Yo aplicaría el tipo de planificación que se usa en defensa nacional, con sistemas de reclutamiento, entrenamiento y equipamiento de personal sanitario o inversiones en nuevas herramientas».

«(Frente a epidemias) yo aplicaría el tipo de planificación que se usa en defensa nacional»
Además, dijo que era necesario mejorar los sistemas de vigilancia, especialmente en países pobres, y contar con personal entrenado y con equipo para enviarlos con rapidez a los países afectados al comienzo de los brotes.

«En comparación con los planes que las naciones ponen en defensa (redes de entrenamiento y reclutamiento, equipamiento, investigación y capacidad de respuesta rápida) no hay casi nada de eso en respuesta a las epidemias».

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De hecho, dijo que «el mundo no cuenta con ninguna organización, ni siquiera la OMS, que pueda coordinar las acciones necesarias para detener una epidemia. Así que, en resumen, en una guerra contra una epidemia severa, iríamos con un cuchillo a una batalla de bazucas».

Bill Gates incluso aventuró cómo podría ocurrir la próxima pandemia. «No será de ébola. Por muy horrible que sea este virus, solo se transmite por contacto directo, y cuando los pacientes infectan a otras personas ya están mostrando los síntomas de la enfermedad, lo que hace que identificarlos sea relativamente fácil».

Sin embargo, este no es siempre el caso, como recordó Gates: «Otras enfermedades, como la gripe, por ejemplo, se extienden por el aire y la gente puede contagiar antes de que tengan los síntomas, lo que significa que una persona puede infectar a muchas otras solo por ir a un espacio público. Hemos visto algo así antes, con horribles resultados: en 1918, la gripe española mató a más de 30 millones de personas».

De hecho, él mismo reconoció que los expertos de salud de todo el mundo llevaban años advirtiendo de que la pregunta no es si va a ocurrir una nueva pandemia, comparable en velocidad y severidad a la gripe de 1918, sino cuándo.

¿Es la COVID-19 la pandemia del siglo?

En su artículo, Bill Gates se preguntó: «Imaginen qué podría hacer (la gripe española) en el mundo altamente interconectado de hoy». Sin embargo, en estos momentos la capacidad de imaginar se ha visto superada por la realidad: la pandemia del coronavirus y la COVID-19 sigue extendiéndose y segando vidas, obligando a los estados a confinar a sus habibantes para evitar el colapso de los sistemas sanitarios.

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El virus SARS-CoV-2 es menos letal que el de la gripe española (alrededor de un 1% frente a un 2%), pero se contagia por vía aérea, es muy contagioso y puede ser transmitido incluso cuando no se tienen síntomas. Exactamente como vaticinó Bill Gates.

«En la última semana, COVID-19 ha comenzado a comportarse como el patógeno del siglo que tanto nos preocupa», escribió Gates el pasado 28 de febrero, cuando la epidemia estaba todavía centrada en China. «Espero que esto no sea tan malo, pero deberíamos asumir que lo será hasta que podamos descartarlo».

En su opinión hay dos razones por las que la COVID-19 es una grave amenaza: «Primero, puede matar a adultos sanos y a personas mayores con problemas de salud previos».

«En segundo lugar, COVID-19 se transmite bastante eficientemente. Por término medio, una persona infectada extiende la enfermedad a dos o tres personas. Esta es una tasa exponencial de crecimiento», explicó. «Además, hay fuertes evidencias de que puede transmitirse entre personas con síntomas moderados o sin síntomas. Esto significa que la COVID-19 será mucho más difícil de contener que el SARS (otro coronavirus cuya epidemia se produjo en 2003)». Este viernes por la tarde el virus ya había infectado a 255.000 personas en todo el mundo, matando a más de 10.000, sobre todo en Italia.

¿Cómo se debe responder a la COVID-19?

En febrero, Bill Gates dijo que, en cualquier crisis «Los líderes tienen dos responsabilidades igual de importantes: resolver el problema inmediato y evitar que ocurra de nuevo». Por eso argumentó que el mundo necesita «salvar vidas ahora, pero también mejorar la forma cómo se responde a las epidemias», para evitar consecuencias en el futuro.

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Para frenar esta pandemia, en su opinión es clave poner el foco en los países menos ricos: «Ayudando a los países de África o del sur de Asia ahora, podemos salvar vidas y también ralentizar la circulación global del virus». De hecho, la fundación que preside ha comprometido 100 millones de dólares para esta finalidad.

Además de eso, cree que «el mundo necesita acelerar el trabajo en los tratamientos y vacunas». Recordó que la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (CEPI) está preparando los ensayos clínicos para ocho candidatos a vacunas frente a la COVID-19 y que éstos podrían empezar en junio. Aparte de eso, añadió que la tecnología de aprendizaje maquinal y la creación de librerías podría acelerar la búsqueda de compuestos para identificar antivirales más rápidamente.

Medidas para evitar la próxima pandemia

Una vez superada la COVID-19 podría haber otra gran epidemia. Para Bill Gates, la clave para evitarlo es construir un sistema global de alerta y respuesta frente epidemias y reforzar los sistemas sanitarios de los países más pobres, para aumentar su capacidad de tratar, diagnosticar y administrar vacunas.

También ha recomendado crear una base de datos de infectados, accesible para organizaciones y establecer normas para que los países intercambien información. Por otro lado, cree que los gobiernos deberían tener acceso a listas de personal entrenado, a nivel local y global, capaces de responder a una epidemia inmediatamente, al igual que a listas de suministros que pudieran ser almacenados o redirigidos.

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Cree que es necesario mejorar y estandarizar los sistemas para desarrollar vacunas y antivirales e invertir para producirlos a gran escala, lo que en gran parte dependerá de la diplomacia, la capacidad de hacer ensayos clínicos gigantescos y de firmar acuerdos internacionales. Y, definitivamente, «necesitamos invertir mucho más en investigación en medicamentos, vacunas y tests de diagnóstico».

Todo esto requiere presupuestos de miles de millones de euros y de una colaboración muy estrecha entre gobiernos y empresas. Tal como dijo Bill Gates, «dado el daño económico que una epidemia puede causar, todo esto será una ganga». En su opinión, los líderes ya deberían estar trabajando en ello. «No hay tiempo que perder». La historia reciente ha mostrado que no se equivocaba.

 

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