Los planos de Antoni Gaudí para terminar la Sagrada Família incluyen la construcción de una escalinata que dé acceso al templo por la calle Mallorca. La idea de Gaudí choca con la realidad, ya que ahora mismo, donde debía ir la escalera, hay bloques de pisos.
Por eso el Ayuntamiento de Barcelona ha creado una mesa en la que se sentarán vecinos, comerciantes de la zona y templo, para tal de discutir que medidas se toman respecto a la conclusión de la construcción. El consistorio ha dado un año de margen a los distintos grupos para que se tome la decisión.
En este diálogo, el Ayuntamiento parte de cuatro premisas: la defensa del derecho a la vivienda, la necesidad de reducir el impacto del turismo en la zona, la obligación de ampliar en equipamientos y zonas verdes y el enfoque del punto final del templo, que se inició en 1882.
Los planos, de consulta pública, confirman para los representantes de la Junta Constructora su “máxima prioridad”, construir la basílica “tal como Antonio Gaudí la planificó”.
Los responsables de la basílica consideran “totalmente compatible” acabar el templo tal como planificó el arquitecto Gaudí y mejorar los equipamientos y calidad de vida del vecindario.
La delegación de la Junta Constructora ha recordado que en los últimos tiempos se ha llegado a “grandes acuerdos y consensos” y ha puesto de ejemplo las licencias urbanísticas o la cesión en el Ayuntamiento de un local de transición para el Agrupamiento Escucha Antonio Gaudí. Durante el encuentro, la Junta Constructora ha presentado unos planos del proyecto que ha asegurado que fueron firmados por Antonio Gaudí el 1916.
En los acuerdos que la Sagrada Família cerró con el gobierno de Ada Colau, que le concedió una licencia de obras en el mandato anterior después de 130 años de trabajar sin ella, está contemplado un voladizo previsto sobre la acera de la calle Mallorca. Es decir, que no alcanza la calzda, encima de la cual está prevista la escalera. Los vecinos, obviamente, se encuentran afectados con la posibilidad de ser desalojados.
